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La Parada de Los Monstruos (1932): Freaks muy humanos



En un circo lleno de seres deformes, tullidos y personas con diversas amputaciones, Hans, uno de los enanos, hereda una fortuna. A partir de ese momento, Cleopatra, una bella contorsionista, intentará seducirlo para hacerse con su dinero. Para lograr su objetivo, traza un plan contando con la complicidad de Hércules, el forzudo del circo...
 
Por lo que he podido ver, los monstruos -reales o imaginarios-, han suscitado principalmente dos tipos de miradas en el cine. Una que explota el elemento terrorífico que de ellos se deriva y los convierte en asesinos sanguinarios, y otra de vertiente melodramática encaminada a la comprensión y compasión por la desgraciada vida de estos individuos.

"La parada de los monstruos" es de las pocas películas que combinan esas dos miradas, entregándonos un espectáculo onírico y cruel donde los monstruos tan pronto nos inspiran piedad como miedo.

Ochenta años desde su estreno ha cambiado mucho el cine como para valorarla por sus virtudes técnicas y artísticas, pues juega con una gran desventaja con el cine que vino después, con más medios. Sin embargo, tiene algo que no se ve en el cine de hoy día, mucho atrevimiento (tanto como el sistema cinematográfico de la época al permitir un rodaje como este).

Tratando el controvertido tema que trata y teniendo en cuenta que el reparto lo integra gente que produce cierto rechazo a la vista, se podía caer con facilidad en el morbo o en el malrollismo para llamar la atención del público. En cambio Browning coge derroteros distintos y enfoca la película hacía la cotidianidad que trata de llevar esa gente “diferente”.


Cuesta pensar, en lo que pasaría por la cabeza de quienes vieron esta película en el año de su estreno, ya que de un director tan exitoso en aquel momento como Tod Browning, lo que menos esperarían era encontrarse con esto.

A Tod Browning se le recuerda tanto por esta obra como por el Drácula de 1931 con Bela Lugosi.

Para realizarla contó con un reparto con los nombres de Wallace Ford (El Invisible Harvey), Leila Hyams, Olga Baclanova, Henry Victor (La Momia) y el principal reclamo del largometraje, los monstruos, interpretados por gente con deformaciones físicas y/o falta de miembros, entre los que encontramos enanos, hermanas siamesas, gente sin brazos y piernas, hermafroditas, retrasados mentales...

La historia que cuenta, si no fuera por los particulares personajes que la protagonizan, no pasaría de un melodrama de lo más obvio. En general, es poco sofisticada, aunque hay ciertos momentos con cierta tensión dramática.

En la película se hace evidente que se enfrenta a dos mundos: el mundo de los "freaks", monstruos deformes que han sido repudiados de la sociedad y actúan como una sola entidad, como una sola mente.

Y por otro lado, está el mundo de los humanos corrientes, que desprecian a los primeros y su individualidad puede llevarles a cometer actos atroces.

Lo mejor que tiene es la eficacia de su director para mostrarnos a estos supuestos monstruos, como lo que son en realidad, humanos, personas como cualquier otra, ya que tampoco cae en la discriminación positiva, en mostrarlos de forma condescendiente y como si todos ellos fueran buenos, porque no.

Vale la pena resaltar el hecho de que todos los actores son reales, con sus verdaderas anomalías físicas, lo que añade realismo al largometraje. Además, la película fue durante años víctima de la censura y el boicoteo. 

Supongo que sería un guantazo bestial a la "espartana" sociedad de entonces; motivo por el cual se convirtió en algo indigno de ser visto, en algo repulsivo. 


"La parada de los monstruos": un relato desgarrador sobre la soledad de los marginados, sobre el egoísmo de los "hermosos"; hábil alegoría acerca de oprimidos y opresores. ¿Quiénes son los verdaderos monstruos, los que lo aparentan o los que no?




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