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Dick Tracy (1990): Comic con sabor a cine negro




Durante la década de los años 80, el cómic empezaba a hacerse realidad en la pantalla grande. Si bien, hasta el cambio de siglo no llegaría el gran boom de las adaptaciones del comic; el estreno y éxito de “Superman” y sobre todo del “Batman” de Tim Burton, conllevó el estreno de otras adaptaciones de héroes de comic, radio y revistas pulp. Entre ellas, la que nos ocupa.

Para quien no lo conozca, "Dick Tracy" nació en 1931, como comic detectivesco que reflejaba toda aquella corrupción y decadencia en EE.UU. en la época de la gran depresión y la ley seca.

Como ocurre en los cómics de Batman o Superman, estos han ido evolucionando y actualizándose con el tiempo. A día de hoy, tras más de 80 años de historia, se siguen publicando los cómics del detective.

Warren Beatty, mítico intérprete y uno de los responsables del llamado nuevo cine americano de los años 70, recordó los cómics del autor Chester Gould que leyó en su infancia y pensó que podría unificar ambos elementos.

Luchó por los derechos cinematográficos del personaje para llevarlo a la pantalla durante años. Como curiosidad, hay que decir que aún hoy día los mantiene, a base de alguna triquiñuela legal incluida.

Tras tantos años moviendo el proyecto se auto designó como protagonista y finalmente decidió que sería su tercer largometraje como director. De esta manera ya tenía cabeza de cartel. Para la chica colocó a la que era su novia en ese momento, la cantante Madonna. Ella sería la femme fatal seductora, cantante para más señas, que descolocaría tanto a Tracy como al villano.

Y con respecto al villano de la función, faltaba ese gran intérprete que al estilo Jack Nicholson en “Batman” fuera la guinda del pastel. El villano “Big Boy” Caprice de los cómics era una parodia de Al Capone, y se pensó que lo ideal sería hacer una especie de parodia/homenaje. Fue el mítico Al Pacino quien aceptó auto-parodiarse para este papel.

La película le da mucha importancia al aspecto visual, intentando parecerse todo lo posible al comic; sobre todo en el llamativo colorido, la ambientación, el vestuario, lo que le da un aspecto irreal, llamativo e incluso surreal.

Por no decir, la pericia con la que Warren Beatty (además de interpretar) maneja esa delgada línea entre la acción y la violencia, sin que quede demasiado explícita, o por otro lado, sin que quede demasiado infantil.

A lo largo de su metraje, se contempla con asombro el desfile de actores muy conocidos, muchos de ellos caracterizados de forma grotesca, como los villanos del comic.

Esto supone un reto para poder identificarlos, sobre todo para el espectador que ve la película pro primera vez.

El guión, por más que sea una película supuestamente para niños, está lleno de asesinatos, traiciones, mentiras e insinuaciones sexuales. 

Es una trama compleja la de “Dick Tracy”, con conspiraciones, reuniones de mafiosos,  un personaje misterioso que va eliminando a gente de ambos bandos y un fiscal general corrupto.

Es evidente la intención del director y los guionistas de hacer una película de género a la antigua, incluidas las míticas réplicas del cine clásico, los interludios musicales, los elementos visuales de transición entre escenas, o las evidentes insinuaciones sexuales del personaje de Madonna

Aunque no fue el gran éxito que se esperaba, resulta una adaptación bastante espectacular. Afortunadamente la crítica trató bien a la película y a todos aquellos que participaron en ella, a pesar de que hoy esté un tanto olvidada.


Como detalle curioso, especialmente, la banda sonora de Madonna con canciones de e inspiradas en “Dick Tracy” fue un éxito masivo de ventas y supuso un espaldarazo mundial tanto para la cantante, como para la pelcula.





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Braveheart (1995): Corazones Valientes


En el siglo XIV, los escoceses viven oprimidos por los gravosos tributos y las injustas leyes impuestas por los ingleses. William Wallace es un joven escocés que regresa a su tierra despues de muchos años de ausencia. 

Siendo un niño, toda su familia fue asesinada por los ingleses, razón por la cual se fue a vivir lejos con un tío suyo

William Wallace fue un caballero escocés que entre la segunda mitad del siglo XIII y hasta inicios del XIV luchó por el intento de salvar Escocia de las tropas expansionistas del Rey Eduardo I de Inglaterra.

De aquí a que se forje una leyenda que para los escoceses significa mucho. Y si su vida es llevada a la pantalla grande, con el gran despliegue humano y técnico, y además se le pone un apodo como “Braveheart”, el imaginario colectivo se desata décadas después, al mencionarse tal atributo.

Mostrado aquí como un héroe vengativo, antes que el libertador de un pueblo por encimas de sus intenciones e intereses (primero pierde a un padre y a un hermano y después a su joven esposa); el mito de William Wallace se realza debido al precio que tiene que pagar (traiciones, emboscadas, sobornos, etc…).


El consagrado actor australiano Mel Gibson fue muy inteligente al hacer esta película que enamoró al personal, donde nos ofrecía un espectáculo épico, grandilocuente y memorable.

Es un blockbuster de corte histórico, a mayor gloria de un director que después, demostró que su carrera cinematográfica como actor tal vez tenía poco que desear, pero como realizador apostaba por el riesgo (como vienen a demostrar “La Pasión de Cristo” o “Apocalypto”).

Mel Gibson nos desveló que sabía hacer más que el gamberro, bien fuera en un futuro post-apocalíptico o haciendo de "entrañable" policía suicida. Nos presentó una película quijotesca en su más amplio sentido, donde todo se hace por amor y por la voluntad de no dejarse doblegar aún cuando ya no te queda nada.

Como ese boxeador que se levanta una y otra vez, por defender su honor, diciéndose "me venció, pero jamás dirá que me doblegó". 

Todos sus actores, principales y secundarios saben mostrarse tridimensionales, complejos y necesarios. 

Su vestuario rompía con la estética de guerreros limpios y nobles; Wallace aparece sucio, empapado en sangre y sudor, contrastando con su limpia mirada azul. 

La película en sí, es un llamamiento para luchar por los valores de un país que estaba sometido, bajo el absolutismo de un rey sumamente muy tirano y que es incapaz de perdonar. 

La lucha de la clase baja contra la nobleza o la realeza me pareció espectacular. Hubo mucha violencia y eso se reflejó muy bien en Mel Gibson.


No hay discusión que “Braveheart” se convirtió en un filme clásico, que de paso tuvo el mérito de resucitar el espíritu de las cintas de aventuras de los años cincuenta, con esta singular historia épica. Consiguió además un gran éxito adjudicándose 5 Oscars, incluyendo mejor película y por supuesto mejor director. 





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Cuatro Bodas y un funeral (1994): Sentimientos entre bodas



Charles (Hugh Grant) y sus amigos, todos ellos solteros y sin compromiso, han llegado a una edad en la que casi todos sus conocidos se han casado. En una de las bodas a la que el grupo ha sido invitado, Charles conoce a Carrie (Andie Macdowell), una americana de la que se enamora a primera vista. 

Esa noche la pasan juntos, pero no vuelven a verse. Tendrán que esperar a la siguiente boda, en la que Carrie le presenta a su prometido. 

Bodas y funerales, casi nadie quiere ser parte de estos últimos como principal atracción, y muchos le huyen también a los primeros. 

En estos eventos se entablan relaciones de amistad, hay reencuentros y, por supuesto, surge el amor. "Cuatro Bodas y un Funeral" retrata las aventuras de un grupo de amigos mientras asisten a distintas bodas (y un funeral). Cada uno tiene su personalidad, y las bodas no serian lo mismo sin la presencia de alguno de ellos.

La historia es políticamente correcta, y típica de los tiempos actuales, presentada en un tono amable que se agradece, y en todo el film hay un ambiente de decorado nupcial muy naïf.

Por lo que más que la historia, lo que es importante en esta película es la atmósfera que la impregna.

Si bien la película es entretenida, no tiene mucho tacto para provocar la carcajada, ni se pone tan edulcorada como para terminar siendo romántica por excelencia. 

Es un híbrido bien construido, donde las situaciones que se van planteando, nos van manteniendo atentos al desarrollo, no mucho más que ello. 

Teniendo en cuenta esto, me parece una exageración las dos nominaciones que este filme posee a los premios Oscars, como mejor película y guión. 

Hugh Grant en su papel convincente, que contagia simpatía y nos adentra en el mundo del soltero que parecería que no encontrará nunca la mujer de su vida, y las oportunidades que se le presentan se diluyen sin más. 

Una interpretación creíble y a la altura de las circunstancias. Nadie como Hugh para interpretar ese papel de soltero simpático y bien parecido. El mejor personaje que ha interpretado a lo largo de su carrera.
 
Por otra parte tenemos a la bella Andie MacDowell, quien demuestra ser una persona libertina, que vive su vida intensamente desde lo pasional y frenético de sus relaciones. 

Nada especial que resaltar en esta actuación, sólo que el carisma de la actriz le juega a favor; y por ello forman una interesante pareja de protagonistas, con buen feeling en pantalla. 

Si reunimos al talentoso reparto de protagonistas y les añadimos unos secundarios destacables (impagable la aportación de Rowan Atkinson en su breve y divertido papel de sacerdote), con un guión sarcástico, original y divertido, nos encontramos con un film que ciertamente no huye de su condición de ser una comedia romántica. 

Pero se ríe de ella misma en las numerosas situaciones hilarantes que nos presenta. Su humor es suave y sutil, pero es a la vez muy acertado. 

No obstante, para ser sincero, creo que para ser considerado un filme de referencia de la comedia romántica británica; le faltan argumentos con qué demostrarlo.

Para mi gusto, se queda en una aceptable y agradable historia que irradia simpatía y nos sumerge en el mundillo de las idas y vueltas sentimentales; claro que el tópico está tratado muy superficialmente para mi gusto.





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Trainspotting (1996): Sexo, Drogas y Realidad



Mark Renton, un joven escocés, y sus amigos son adictos a la heroína, lo que significa que viven fuera de la realidad, en un mundo aparte. 

Dentro del grupo hay un psicópata alcohólico y violento, un joven desesperado, un mujeriego con un conocimiento enciclopédico sobre Sean Connery y un entusiasta de las caminatas y de Iggy Pop.

Película británica, basada en la novela de Irvine Welsh, que trata un tema sumamente triste, profundo y humano con constantes dotes de humor; lo que supone la mezcla perfecta.

Estamos ante la visión gamberra de la vida de 4 amigos drogadictos y delincuentes, de los suburbios ingleses.

Trainspotting significa, en inglés, ver pasar a los trenes, pero también es una denominación vulgar a una forma de inyectarse heroína. 

Pero Mark y compañía hacen mucho más que eso. Sobreviven. Malviven. Viven, si a eso se le puede llamar vivir. Emocionan. Repugnan.

La película es una crítica a unas generaciones occidentales de final del siglo XX y comienzos del XXI, que lo tienen todo en comparación con sus padres, pero no son ni la mitad de felices que lo fueron ellos. 

Como alternativa, se nos ofrece la droga, pero no ella en si misma, si no toda la carencia de responsabilidad social que la rodea. 

Por ello la droga aquí es una metáfora, como válvula de escape a la sociedad que se nos ha impuesto.

El personaje protagonista es un joven que quiere desmarcase de ese camino que siguen todas las personas. Él tiene claro que la sociedad se mueve por patrones, y salvando las diferencias culturales, todo el mundo acaba haciendo lo mismo.

Y eso que hacen es vivir (estudiar, tener pareja, comprarse una vivienda, comprar cosas para la casa, casarse, tener hijos, tener perro, tener un seguro, tener un trabajo...). Esa vida que todo el mundo tiene de un modo u otro él no la quiere; así que elige no vivir y decantarse por la heroína.

No cabe duda de que Trainspotting es una película sorprendente, para bien o para mal. Su principal fuerza es que no deja indiferente a nadie gracias a un par de escenas, por lo grotescas que resultan o lo verdaderamente sobrecogedoras que son, que lo convierten en un film llamativo.

Ewan McGregor interpreta el que siempre será el papel de su vida. 
Ayudado por un trabajo de caracterización brillante, el actor escocés consigue dar vida a su personaje, y robársela cuando es necesario.

El grupo de sus amigos está compuesto por un Robert Carlyle brillante, que nos hace odiar con fuerza a su personaje, un Jonny Lee Miller, sensacional con un personaje con un nivel de diálogos basados en la cultura pop.

Finalmente tenemos a un Ewen Bremner realmente metido en su personaje y un Kevin McKidd que lidia bien con la transformación de su personaje.

En segundo plano, destacar el trabajo de Peter Mullan y de Kelly McDonald, así como el cameo de Irvine Welsh (escritor de la novela que da origen a la película).

Es una gran película que cuenta una historia sobre las diferentes realidades, la realidad del protagonista enganchado al caballo no es la misma que la de la sociedad que le rodea, lo que hace que te cuestiones, ¿cuál es la verdadera realidad?.

O mejor dicho ¿cuál es la mejor realidad a la que atenerse?, aquella llena de preocupaciones o aquella con una sola preocupación, la realidad es la que uno mismo se forja. 








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Mejor…Imposible (1997): La Soledad, el amor y la amistad.



Melvin Udall (Jack Nicholson), un escritor de novelas románticas obsesivo y maniático, es uno de los seres más desagradables y desagradecidos que uno pueda tener como vecino en Nueva York. Es un hombre que sufre de un desorden obsesivo-compulsivo.

Entre sus rutinas está la de comer todos los días en una cafetería, donde le sirve Carol Connelly (Helen Hunt), una camarera y madre soltera. Y sus encontronazos con Simon Nye (Greg Kinnear), un artista gay, que es su vecino de al lado. Los tres hallarán la oportunidad de ser felices después de que sus destinos se entrelacen fortuitamente.

Con este simple guión, James L. Brooks se saca de la manga una tierna historia sobre temores, amor, algunas locuras y paranoias y que se ganó por méritos propios en 1997 los dos Óscars a el mejor actriz y actor, como no podía ser menos. 

Mejor… Imposible es una película cuya historia es una elaboradísima ironía de la propia vida y de las vueltas que da, lo mucho que puede cambiarnos el permitir cambios a priori insignificantes y temporales en nuestro día a día.

Desde empezar una amistad con alguien totalmente contrario a nosotros, o el permitir la entrada de un pequeño perro (del que es imposible no enamorarse) en su casa, morada que nadie, excepto el propio Melvin, ha pisado nunca.

Todo evoluciona a partir de ese momento, en el que experimentará un cambio (¿O no?), en su persona, siendo más cercano, más sincero, más abierto, más sociable, pero, al fin y al cabo, él mismo. 

Jack Nicholson vuelve a mostrar toda su capacidad histriónica al encarnar a un personaje, cuya insoportable personalidad, lo hace más entrañable al extremo de sentir ternura y simpatía, aún cuando este sujeto parece ser de lo más despreciable.

Helen Hunt construye de manera convincente, un personaje abrumado por problemas emocionales y económicos. 

En los papeles secundarios cierra este trío un entrañable Greg Kinnear; un artista homosexual, deprimido por el fracaso laboral.

 Juntos son dinamita, teniendo mucha química entre ellos, sacando adelante una película que no pierde el ritmo en ningún momento, que entusiasma y nos hace pasar un rato ameno; mostrando situaciones de vida lo suficientemente profundas, como para quedarnos con algunos conceptos interesantes. 

Un drama con toques de comedia entrañable, con un argumento muy original que ofrece una perspectiva nueva al mundo de la comedia, haciendo muy llevaderas sus casi dos horas de duración.





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