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Náufrago (2000): La Soledad y El Mar



Chuck Noland (Tom Hanks), es un ocupado y ajetreado directivo de una empresa de correos, cuya posición le obliga a realizar numerosos viajes, que le hacen estar lejos de su hogar y de su pareja (Helen Hunt). 
En uno de sus múltiples viajes que realiza en avión, una tormenta hace que el vehículo se estrelle en mitad del océano y se convierta en el único superviviente.

Acabará en una isla tropical completamente desértica, donde deberá aplicar todos sus conocimientos y habilidades para poder sobrevivir y para que, llegado el momento, pueda volver a hacerse de algún modo a la mar, y así encontrar una pequeña y remota posibilidad, de regresar a la civilización. 

Con tal de no perder la cordura, el hombre mantendrá relaciones con una pelota que él mismo llama Wilson. Una pelota, la cual es su único amigo en años de soledad y desesperación, por salir de semejante situación en la que nadie le gustaría experimentar. 

Es irreprochable el talento interpretativo de Tom Hanks, hecho que demuestra en la cinta, ya que el 70% de la misma se centra exclusivamente en su personaje y en sus habilidades para subsistir, haciendo que ritmo no decaiga en ningún momento. 

Tanto Robert Zemeckis en la dirección como Hanks en el papel protagonista, convierten algo que en un principio parecía estar predestinado a ser simple y lento, en una cinta con un ritmo espectacular. 

Se invita a la reflexión, mientras se va desarrollando magistralmente la odisea de una persona normal en medio de una soledad de locura; rodeada de vistas espectaculares y con el único sonido del mar en los oídos durante cuatro largos años.

Se podría clasificar como un film de aventuras con ciertos toques dramáticos; donde asistiremos a situaciones totalmente frescas e ingeniosas que, el personaje de Hanks deberá superar para poder sobrevivir. 

Su interpretación es encomiable, al igual que su transformación, tanto física como psicológica.

Siempre he sabido que no hay premio mejor que la emoción que uno siente cuando ve una película. Esta película describe lo que nos puede cambiar la vida rápidamente; cómo una persona que lo tenía todo, trabajo, pareja, se trunca de repente y su vida da un giro. Y es que en realidad, todos somos un poco náufragos, donde debemos aprender a sobrevivir, ante las adversidades que se nos presenta en la vida.

Historia muy interesante, con un montón de enseñanzas acerca de lo que tenemos y no valoramos.







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Una Historia Verdadera (1999): El Largo y Último Camino a Casa



La mayor parte de las veces la belleza y la emoción aparecen de la forma más sencilla. Richard Farnsworth, una segadora, los campos de trigo de Iowa y la preciosa banda sonora, se bastan y se sirven para crear una película muy especial.

Alvin Straight (excelente Richard Farnsworth), es un viudo de 73 años que vive en compañía de su hija Rose (una tierna Sissy Spacek), aquejada de problemas de lenguaje y la perdida de sus hijos.

A pesar de que Alvin padece enfisema, tiene mala una cadera y está lleno de achaques, es un anciano terco y bueno para los puros. Su médico le pidió estrictamente que dejara de fumar, pero él hace caso omiso a la recomendación.

Con problemas serios de salud, Alvin recibe la noticia de que su hermano Lyle sufrió un derrame y podría quedarle poco tiempo de vida.

Los hermanos hasta entonces llevaban diez años sin hablarse, un silencio que Alvin atribuía al orgullo y a la bebida. El anciano quiere hacer las paces con su hermano antes de que sea demasiado tarde.

Pero sucede que Lyle vive en Wisconsin, a cientos de kilómetros de Alvin quien no tiene mucho dinero, ni licencia de conducir. 

Si embargo, el veterano posee un tractorcito cortacésped, con el cual comienza toda una odisea hasta llegar a la casa de Lyle.

En su ruta, Alvin conoce a diferentes personas con quienes comparte experiencias de vida y además les entrega sabias enseñanzas dignas de ponerlas en un marco.

Si fuera un guión inventado, la historia parecería un poco forzada y rebuscada, pero la genialidad es que esto ocurrió en la vida real así y punto, no le busques un por qué.

A Alvin le pareció esa, la mejor idea para reencontrarse con su hermano y trazó un viaje de encuentro personal, que David Lynch convirtió en una película preciosa.

La película avanza a un ritmo lento, pero necesario; ya que el objetivo no es el destino sino el propio viaje. Hay que embarcarse en él, disfrutar de los paisajes, la música y los diálogos que mantiene con los diferentes personajes secundarios que aparecen.

Pero sobre todo nos quedamos con él, con el trabajo tan fantástico que hace Richard Farnsworth interpretando a Albin Straight; retratando su modo pacifico de vivir la vida o lo que queda de ella haciendo algo muy noble; emprendiendo un viaje arriesgado para su salud, para poder hacer las paces con su hermano.


Me gusta mucho como nos muestra el respeto que Alvin se tiene a sí mismo, ya que se deja ayudar pero no acepta favores. El alto concepto que tiene del deber, de las obligaciones como hermano, padre y ser humano; la fe y el compromiso consigo mismo.

Cuesta creer que “Una Historia Verdadera” sea del director David Lynch, acostumbrado a ver de él películas extrañas, raras, surrealistas y hasta desagradables. Sin embargo, esta película supone un soplo de aire fresco para todo aquel que esté viendo su filmografía o quiera conocer más películas sobre este cineasta.

Ejemplo de como una historia sencilla se puede acabar convirtiendo en una lección filosófica sobre la superación, la familia y lo más importante: el orgullo.







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Cómo ser John Malkovich (1999): O cómo dejar de ser uno mismo por un tiempo




Un titiritero desempleado, Craig Schwartz (Cusack), decide aceptar un empleo como oficinista en una extraña empresa. Cuando sube al piso siete y medio, donde está situada su nueva oficina, se encuentra con que los techos son bajos y tiene que andar encorvado. 

Allí encuentra algo increíble, oculta por un archivo, descubre una puerta que le transporta al cerebro de John Malkovich. Craig se lo cuenta a su compañera, Maxine (Catherine Keener). 

Ella le propone sacar partido de tal cosa y deciden vender entradas para que el público se introduzca en la cabeza de John Malkovich.

Los personajes se enredan en sus anhelos amorosos. Craig, quien lleva diez años casado con Lotte (Cameron Díaz), pero se enamora de Maxine. 

Lotte también se enamora de Maxine, y para satisfacer sus deseos sexuales no se le ocurre otra cosa que meterse dentro de John Malkovich, mientras el actor alterna con Maxine. 

La mayor satisfacción del personaje principal es poder ponerse en la vida de los demás, sentir lo que ellos sienten y por un momento olvidarse de su propia vida en la que es un don nadie (a través de marionetas). Hasta que encuentra la manera de poder ser otra persona y olvidarse de quien era para siempre...

Uno es una marioneta más dentro de un mundo en el que alguien mueve los hilos de todos. ¿Quién es ese alguien? Eso nunca se sabe, pero el destino está marcado y otro decide por ti.

En este caso se coge a John Malkovich, el cual queda anulado por la pasión de otras personas, y el deseo de vivir una vida diferente.

El propio John no podrá manejar su vida ya que al igual que Alicia en el país de las maravillas, una persona ha encontrado una puerta hacia un mundo interior que transforma a las personas. 

Un mundo que tiene una vuelta de rosca aún mayor: la vida eterna.

A destacar las actuaciones tanto de John Cusack como de Cameron Diaz los cuales realizan un buen papel, hasta el mismo Malkovich consigue desenvolverse formidablemente y sin ningún complejo logra en varias ocasiones burlarse de si mismo.

Pero la que se lleva las palmas es Catherine Keener quien interpreta a Maxine; calculadora, ambiciosa, manipuladora y sarcástica; pero al mismo tiempo estos atributos hacen que tanto los personajes de la película, como el mismo espectador se sienta fuertemente atraído hacia ella.

Es una película que podrá gustar más o menos, te resultará una genialidad o una majadería pretenciosa, Eso sí, no se le puede negar que sea original, una auténtica rareza surrealista de humor y drama. Si se deja a un lado la lógica por un rato, creo que es una historia que puede disfrutarse.







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El Dilema (1999): ¿Fumar o No Fumar?



 Siempre me ha llamado la atención la gente que fuma. Fumar es actuar, sobreactuar, más allá de la necesidad biológica desarrollada por la adicción, es entrar a formar parte de un estatus, de una clase social de bohemios, ejecutivos, desarraigados o cafeteros. 

Fumar es una conducta social, bien lo saben las compañías que en los años dorados de Hollywood pusieron en nómina a los estudios y sus grandes estrellas para que estas aparecieran fumando en sus películas. Y además de todo esto, fumar es perjudicial para la salud (y el gasto público sanitario).

Una vez mas la industria del cine nos cuenta una historia real y aunque se sirva de un poco de parafernalia y hagan de ello algo comercial nos revela la cruda realidad sobre una sociedad corrupta y manipulada.

A grandes rasgos la historia sería la siguiente: Cuando el Dr. Jeffrey Wigand (tremendo Russell Crowe) es despedido de la compañía tabacalera donde trabajaba, y conociendo los oscuros tejemanejes de ésta en cuanto a las sustancias que contienen los cigarrillos; decide sacar a luz todo lo que sabe.

Para ello, elige un programa periodístico producido por un nervioso y ambicioso hombre, Lowell Bergman (perfecto, sobrio e intenso, como siempre Al Pacino), que hará lo que sea para sacar la verdad a flote.

Está claro que el director Michael Mann hizo ésta película con intenciones de denuncia y crítica a las corporaciones, a la justicia americana y a ciertos grupos de inescrupulosos periodistas que en conjunto tienen más interés por el negocio que por la sociedad.

En determinados momentos, y a medida en que vamos viendo cómo la presión (de Bergman con sus jefes y compañeros para poder emitir la entrevista y divulgar el escándalo; y de Wigand con su familia y con los chantajes que le va haciendo su antigua empresa) aumenta poco a poco, la película casi va adoptando tintes terroríficos hasta llegar a un supuesto clímax.

La película nos muestra con una veracidad asombrosa de qué pasta están hechas las grandes empresas (tabacaleras en este caso), y de cómo "atan" incluso a sus más altos directivos, aparte de la mentiras para con los consumidores. 

Pero si a través del personaje de Wigand vemos el turbio mundo de las grandes empresas en general, y de las tabacaleras en particular; con Bergman asistimos al día a día de un prestigioso periodista, de sus tensiones con sus compañeros y con sus informantes. A la rutina de un buen periodista, en suma. 

Qué decir de Al Pacino, un actor camaleónico, que se impone en cualquier tipo de registro. Russell Crowe, un actor de gran formato (por su corpulencia), y eficaz en sus roles, nos da muestras de lo que serían sus grandes interpretaciones posteriores. Y

Christopher Plummer como actor secundario, es un eficiente actor que ha ganado calidad y categoría con el paso del tiempo.

El poder de la información es muy valioso en nuestros días, pero ¿que pasa cuando esa información no puede ser divulgada porque las leyes te lo prohíben a pesar de que esa verdad es demasiado importante para mucha gente?. 

Esta es la premisa de la película, seguir tus ideales, tus valores o guardar un secreto confidencial.

Una película recomendada y obligatoria para cualquier cinéfilo - claro, esto no es nada para aquellos, a los que no les gusta el cine agudo y crítico, porque aquí no se repara en gastos y cita nombres de tabacaleras y asociados - un auténtico logro dentro del cine americano ejerciendo una crítica muy objetiva.







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Mucho Ruido y Pocas Nueces (1993): La Alegría de Vivir el Amor


Romántica historia de amor de William Shakespeare, de hace más de 400 años, donde se relatan dos romances entrelazados y apasionados: uno mordaz y divertido (Beatrice y Benedick) y el otro dulcemente engañoso (Hero y Claudio). 

Una semana antes de la boda de los jóvenes enamorados Hero (Kate Beckinsale) y Claudio (Robert Sean Leonard), éstos se entretienen conspirando con Don Pedro (Denzel Washington) para que la prima de Hero, Beatrice (Emma Thompson), se enamore del solterón confirmado Benedick (Kenneth Branagh). 

Al principio, Beatrice y Benedick no hacen más que discutir, pero pronto se sorprenden viéndose atraídos mutuamente. 

Mientras tanto, el malvado Don Juan (Keanu Reeves), celoso del favor que Claudio tiene con su hermanastro Don Pedro, organiza una farsa para arruinar la boda acusando a Hero de ser infiel. 

Antes todo aclaro que no leí el libro y no sé si la adaptación se ajusta.

En algunas críticas leí que los diálogos son extraídos de Shakespeare; en algunos pasajes me parece que es así, en otros no me parece.

Hay que destacar que es un auténtico reto, adaptar una obra de Shakespeare al cine manteniendo el texto y el verso.

En comedias como esta la complicación argumental era mucha, el diálogo muy enrevesado y agudo, y la adaptación un auténtico reto. 

A nadie se le escapa la absoluta devoción de Kenneth Branagh por William Shakespeare, autor del que ha adaptado numerosas obras. Con “Mucho ruido y pocas nueces” se estrenaba como director, siendo también guionista, además del actor principal.

El director y actor Kenneth Branagh nos traslada a la Italia de caballeros y cortesanas para dejar atrás las batallas y dedicarse a las pasiones humanas, de amor, desamor, de odio, de amistad...todo se mezcla en esta adaptación.

En un paisaje veraniego se trazan los cuadros donde se dibujan las escenas de amor, el amor de otra época, un amor muy diferente del actual pero que la adaptación de Branagh no resulta cursi, más bien, resulta tierna y amable.

Las interpretaciones son fantásticas. Desde el propio Branagh, que compone un arrollador Benedicto, pasando por un gran debut de Kate Beckinsale.
Denzel Washington que se adapta como pez en el agua a una película de época (a pesar de la sorpresa de su elección).

Finalmente una alucinante Emma Thompson en estado de gracia; en la película en la que seguramente aparece más bella y seductora.
Por aquel entonces, era pareja en la vida real de Branagh, algo que se refleja en la complicidad de sus interpretaciones.

Una narración jovial y positiva, llena de picardía y frescura, repleta de diálogos inteligentes y punzantes.




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American Beauty (1999): La Cara Oculta del Sueño Americano



El cine es, en el 99% de las ocasiones, un recurso para poder evadirnos de la realidad, un entretenimiento, un pasatiempo, una feliz distracción. Pero hay veces en que el cine se convierte en un espejo donde vemos reflejada nuestra propia vida.

Ante esta sorpresa caben dos reacciones: salir huyendo o permanecer sentados a la espera de que alguien observador nos diseccione por completo.

El debutante Sam Mendes y su guionista, Allan Ball, crean con imágenes y situaciones una historia y un entorno.

Un entorno, donde la hipocresía social y el juego de las apariencias presiden las vidas de una serie de personajes a cual más patético y frustrado.

La película nos traslada al último año de vida de un hombre que por seguir los dictado por la sociedad se siente el hombre más desgraciado del mundo.
Su vida se ha adentrado en la monotonía, su trabajo ya no le llena, con su mujer ha perdido la chispa, su hija no le habla...

Ante esto y gracias a la aparición de unos nuevos vecinos y conocer a una guapísima amiga de su hija, trata de cambiar el rumbo de su vida.

Y es que en apariencia nuestro protagonista, Lester Burnham, es un ejecutivo de una empresa de renombre, tiene una hermosa esposa y una hija adolescente.

Pero en realidad, Lester Burnham es un esclavo despiadado del "sistema", quién debe retornar apaciblemente a su "hogar", y soportar la penuria de cenar con una esposa neurótica y una hija conflictiva.

Carolyn Burnham es la esposa ideal, excelente Ejecutivo de Ventas Inmobiliarias, ama de casa, cordial, amable con sus vecinos y sobre todo exuberante y atractiva (a pesar de su madurez).

Pero en realidad, Carolyn Burnham es el estereotipo de la mujer neurótica de clase media, posee deseos reprimidos y dirige con férrea autoridad el hogar de los Burnham.
















Su sueño es aplastar cualquier tipo de competencia en el ramo inmobiliario "cueste lo que cueste". 

Posee una fanática obsesión por su jardín de rosas, más que por su propia familia.

La historia nos presenta a 2 familias de clase media (Los Burnham y a sus vecinos) que en apariencia lo tienen todo; coche, casa, empleo, hijos, en fin; una familia feliz, en resumidas cuentas, el sueño americano realizado en su máxima expresión.

Pero lo que es real, es que se trata de 2 familias destruidas por un pasado triste y sórdido; que han creado una terrible coraza que enmascara su verdadera identidad, para mantener el "status quo" o lo que es peor aún, "atrapados por el miedo a cambiar".

Kevin Spacey hace uno de sus papeles más importantes, por no decir el que más. Lo mismo se podría decir de Annette Bening con un personaje de una solidez y una entereza que asusta.


Como secundarios de lujo, hay que sumar el buen hacer de actores como Thora Birch, Mena Suvari y Chirs Cooper.

Dejando aparte las estupendas interpretaciones, el buen guión y la excelente música; también hay que ponerse serio y ser sincero con el tema de esta película. ¿Que los norteamericanos no son felices?, ¿Que son unos hipócritas?, ¿Que viven inmersos en una doble moral? Todo esto ya lo sabíamos.

Y lo más curioso es que ellos saben que lo sabemos. No son tan idiotas en el fondo, saben que venden una imagen al mundo, pero también saben que la gente de fuera sabe que eso es sólo una imagen.

En general toda la gente sabe que, básicamente, se enfrentan a lo que cualquier ciudadano de a pie se enfrenta en su vida. Eso sí, guardando las apariencias.

Entonces, ¿qué es lo que pretende contar esta pelicula? Creo que me cuenta algo que yo ya sabía, y que todos sabíamos.

Nos maravillamos de que ellos hagan un examen de conciencia y se lo muestren al mundo, para que veamos que de vez en cuando se analizan a si mismos. Pero no es nada del otro mundo hacer una autocrítica, ni merece tantos premios.

La Belleza Americana conservadora no es más que un disfraz. Las apariencias engañan, y más allá de la capa ilusoria exterior, todos tenemos nuestro secretito.

La finalidad de “American Beauty” es demostrar las máscaras que se auto-imponen los humanos por el "Temor". El miedo a perder el empleo, a no ser exitoso, a no ser aceptado, se conjugan de manera estrepitosa para resumir en un sólo film, el status real de nuestras sociedades.




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