Karen Wright
(Audrey Hepburn) y Martha Dobie (Shirley MacLaine), regentan un colegio para
niñas de buena sociedad junto a la tía de la última, Lily Mortar (Miriam
Hopkins). Karen está prometida con el doctor Joe Cardin (James Garner) y se
dispone a casarse con él.
Sin embargo,
todos los planes se verán trastocados cuando una niña, en venganza por los
castigos impuestos por sus maestras, oiga por casualidad un comentario y lo
utiliza, distorsionándolo, para acusar a sus profesoras de una conducta
reprobable. Los escandalosos
rumores se extenderán velozmente por la comunidad escolar…
Excelente
película que se atreve a tocar un tema tan tabú en la sociedad de la época. pero
la película trata mucho más que sobre la homosexualidad; trata del daño que
pueden causar las habladurías, interesadas o no interesadas.
Y como estas se
propagan como una enfermedad que contagian a todos y a todo, destrozando la
vida de las personas a las que se calumnia, pudiendo llevar
a que sean rechazadas o ser objeto de burla; sin pensar que absolutamente todos
tenemos alguna falta, o que somos de una determinada manera, sin que eso sea
motivo de reproche.
No se trata solo
de que lo que se diga sea verdad o no, sino de la incomprensión social ante a
todo aquello, que según ellos, se salga de unos parámetros establecidos que
marcan lo correcto y lo incorrecto.
Valiente cinta
del director William Wyler, arriesgada y valiente por tratar el lesbianismo en
los años 60. La película es una valiente apología sobre el derecho a la libre
autodeterminación sexual de cada persona, la cual fue mal acogida en su momento
por el conservadurismo de la época.
Y es que en una
sociedad puritana y más todavía en la primera mitad del siglo pasado, cualquier
manifestación de amor que no fuera de hombre-mujer era considerada una
aberración y una monstruosidad. Algo lamentable y vergonzoso.
Relevantes son,
aparte de la misma trama (con un desenlace que no deja indiferente), la
cinematografía y las actuaciones de todo el reparto.
Con respecto a Audrey
Hepburn y Shirley MacLaine como las dos maestras; ambas muestran su gran
potencial dramático y talento en escenas de gran dificultad en las que se
compenetran a la perfección.
Destacar también
a la niña más malvada y odiosa de la historia del cine, causante de todo el
conflicto. El novio que sin quererlo le corroe la duda de lo que se dice sea
verdad.
A esa tía gorrona y chismosa que solo actúa en su beneficio como si
fuera un parásito y a esa anciana acomodada que erróneamente, se cree
capacitada para juzgar a los demás porque se encuentra en una situación moral
más elevada.
Las
consecuencias de la mentira son de toda índole: social, económica, humana y
amorosa y aquí se despliegan en toda su crudeza. Llega a ser agobiante el clima
en que se mueven los personajes y ello alcanza al espectador.
En definitiva, un
drama que impacta y que sacude con fuerza nuestros más rezagados prejuicios
frente a los sentimientos y derechos de los demás.
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