Henri “Papillon” Charriere
(Steve McQueen) es un preso francés condenado en la isla del Diablo en la
Guayana francesa por un crimen que él alega no cometió. Allí conocerá al miope
Louis Dega (Dustin Hoffman) un falsificador de los bonos del gobierno francés.
Papillon intentara fugarse en más de una vez, pero será victima de los
ejemplares castigos del penal.
Había
un cine de aventuras, en donde primaban la interpretación de los actores y la
destreza en el guión, habitualmente realizado a partir de un “Best Seller”,
como en este caso.
Si
el argumento provocaba la empatía, mejor que mejor.
Y qué mejor empatía que la
que se crea desde la gran pantalla cuando el protagonista se quiere escapar de
un sitio, en donde está injustamente retenido.
Dentro
del género de aventuras nace una especie de subgénero, en el mejor sentido de
la palabra, en el que la fuga, la evasión o la escapatoria se convierte en un
deseo compartido.
No es un cine profundo, pero es un magnífico cine. No se profundiza en las causas políticas, ni en las leyes injustas, ni en la arbitrariedad manifiesta de su aplicación, ni en las secuelas irreversibles que estas situaciones provocan. Pero es un cine apasionante, especialmente si hay sabiduría detrás de la cámara.
No es un cine profundo, pero es un magnífico cine. No se profundiza en las causas políticas, ni en las leyes injustas, ni en la arbitrariedad manifiesta de su aplicación, ni en las secuelas irreversibles que estas situaciones provocan. Pero es un cine apasionante, especialmente si hay sabiduría detrás de la cámara.
Parece
incluso que se evita explícitamente entrar en los territorios del análisis para
no perder espectadores por el camino, pero esta castración deseada consigue
masificar la propuesta ideológica que inevitablemente encierra: la libertad es
tan necesaria como la vida misma. Papillón es uno de sus ejemplos más
relevantes.
La
amistad y solidaridad entre estos dos hombres es el nudo central de la trama,
en donde el director Franklin Schaffner adapta la novela de Charriere, para
denunciar los tratos vejatorios de muchos complejos penitenciarios.
La
película muestra como era el sistema penitenciario francés de la Tercera República
francesa, hasta que finalmente fue erradicado.
Presos en estado de
semi-esclavitud en la
Guyana Francesa , en mitad de la nada y sometidos a
condiciones inhumanas.
Lugares
donde en vez de reeducar a la persona con idea de reinsertarla posteriormente
en la sociedad, se atentaba contra su dignidad. Que sí, habría criminales que
tal vez mereciesen semejante trato (incluso hoy en día), pero ¿y los inocentes?.
Steve
McQueen y Dustin Hoffman dieron una cátedra de actuación, sus personajes los
desarrollaron al máximo de sus posibilidades sin tener que sobreactuar. Aclaro
que el nombre de Papillon, proviene de un tatuaje de mariposa en el pecho del
protagonista; por lo que Papillón quiere decir mariposa en francés.
Una gran película sobre la
amistad y la supervivencia del hombre ante situaciones límite.
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