Con la tecnología de Blogger.
RSS

Picnic en Hanging Rock (1975): Misterios de la naturaleza


El día de San Valentín de 1900, las estudiantes de la Escuela Appleyard van de excursión a Hanging Rock, una región australiana montañosa. A lo largo del día se producen una serie de fenómenos sobrenaturales: el tiempo se detiene, estudiantes y maestras pierden el conocimiento, y tres chicas y una profesora desaparecen en las montañas. 

Estas desapariciones, rodeadas de otros sucesos extraños, afectarán al entorno del colegio y a las demás chicas, de distintas maneras. 

Existe un Peter Weir antes de hacer las Américas y dirigir sus películas más famosas para el gran público, como Dead Poets Society (El Club de los Poetas Muertos, 1989) o The Truman Show (El Show de Truman, 1998) por poner dos ejemplos significativos. Sin embargo, en su etapa Australiana, y aún sin poder con gran presupuesto, el cineasta mostraría su habilidad para hacer un cine singular, como  es esta película.

Sí hay que definir esta película con una palabra es ONÍRICA. Esta historia clásica, basada en una supuesta historia real australiana, se podía haber afrontado de varias maneras; desde la criminalística a la dramática, pasando por la interpretación sobrenatural.

Pero el director Peter Weir toma el libro de Joan Lindsey, y crea algo totalmente nuevo, lírico e inquietante a partes iguales, de modo que una vulgar historia de desapariciones, se convierte en una experiencia única.

Aparte de que el casting es muy astuto, buscando la impresión visual y emotiva más que la experiencia interpretativa, todo son buenas decisiones.  La narración está llevada de tal forma que no se cae en el terreno pantanoso de lo paranormal, pero el espectador no puede sacudirse la sensación de que algo anómalo ocurre.

“Picnic en Hanging Rock” propone formas arriesgadas, pero que no acaban de funcionar del todo. Estéticamente el filme resulta interesante y consigue agobiar y desconcertar al espectador.

Ahora bien, también es cierto que el filme se embarulla en su discurso, y a medida que avanza el metraje da la sensación de que el director, no tenía muy claro que hacer finalmente con el filme.

El hecho de que esté o no basada en hechos reales carece de la menor importancia para valorarla. La a veces inevitable necesidad de obtener explicaciones redondas de las cosas, nos hace olvidar que muchas cosas no la tienen en la vida real, y las vivimos sin más.

Son sensaciones, experiencias, momentos, estados de ánimo que pueden surgir ante cualquier estímulo, como la visión de algo, un pensamiento, etc. 

Este cine "de vivencias" requiere un espectador consciente de ello para poder ser apreciado.

Por tanto, para disfrutar de este "Picnic en Hanging rock" es mejor solo dejarse llevar por las bellezas de sus imágenes, por las delicadas y sensibles interpretaciones de sus inocentes protagonistas, por la poesía que desprende, por la envolvente música y, sobre todo, no pensar nunca en la laguna absoluta de su argumento.


A Peter Weir le interesó mucho más profundizar en todo esto, que en intentar revelar al espectador lo que realmente pudo suceder aquella tarde de febrero de hace más de un siglo, si es que realmente algo ocurrió.




  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS

0 comentarios:

Publicar un comentario