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Manhattan (1979): La ciudad, el amor y las dudas


Isaac Davis, un neoyorquino de mediana edad tiene un trabajo que odia, una novia de 17 años a la que no ama y una ex esposa lesbiana a la que desearía estrangular, porque está escribiendo un libro, en el que cuenta las intimidades de su matrimonio.

Cuando conoce a Mary, la sexy y snob amante de su mejor amigo, se enamora perdidamente de ella. La idea de dejar a su novia, acostarse con Mary y abandonar su trabajo supone para él el

El gran mérito de Allen, no sólo en esta película sino en toda su filmografía, consiste en huir del cine consumista, destinado básicamente al escapismo, y en lugar de eso, entrar de lleno en los temas que el gran cine ignora voluntariamente.

Da un tratamiento realista y muestra una historia cercana, aplicando estos temas reales (y a menudo trascendentales) a personajes corrientes.

Una historia sin villanos, y sin un objetivo claro que perseguir, salvo la evolución y desarrollo de diversas relaciones sociales. 

La madurez a la que se exponen sus personajes, el cambio, las oportunidades que van y vienen, como si toda la película fuese una estación de trenes, que no tienen retorno. 

Según tengo entendido el propio Woody Allen declaró que él estaba haciendo una y otra vez la misma película, y en cierto modo no le falta razón. 

Por ese motivo cuando llegas a "Manhattan" después de haber visto parte de su filmografía la historia que plantea, puede resultar poco fresca, y sin mucha dificultad puedes ir anticipándote a lo que va a suceder.

Por tanto la valoración de "Manhattan" vendrá condicionada, por el número de películas que hayas visto del director con anterioridad.

Woody Allen retrata a esta ciudad, como un pequeño sitio del planeta donde se representa perfectamente la sociedad del día; una donde nadie está conforme con lo que tiene, que necesita estar en constante cambio, confundida por el ajetreo y el estrés rutinario, donde las apariencias son más importantes que los interiores, donde incluso los círculos intelectuales deben estar al día con lo mejor, y hacer trizas al que no quiera adaptarse.

Los actores son todos estupendos. La siempre neurótica pareja Woody Allen – Diane Keaton funciona a la perfección. Aderezada eso si, con la dulzura del personaje de Mariel Hemingway y los lios amorosos de Michael Murphy.

Es cierto, puede que resulte lenta y en algunos tramos, demasiado; que me haya quedado con quinientas dudas sobre los aspectos intelectuales, que poca gente comprenderá fuera de Bergman o Van Gogh. Pero hay que reconocer que "Manhattan" va más allá de los aspectos cualificativos del cine.

A los que califican esta película u otras de Woody Allen de resultar pedantes o en exceso intelectuales, y que quieren hacernos sentir como tontos, personalmente creo que no es así.

Al contrario: creo que lo que desea es llevar el arte, el conocimiento y las opiniones a todos y cada uno de nosotros. Romper con las críticas especializadas y establecidas que dictan un juicio y un gusto únicos, y que sintamos por nosotros mismos, nos propone, nos exige y se exige a sí mismo. 





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