Debajo del
disfraz del leal, diplomático y rígido mayordomo Albert Nobbs (Glenn Close), se
esconde una mujer cuya condición le obliga a sobrevivir y tirar adelante con su
vida. Sin embargo ese cambio de identidad le ha atrapado en su personaje
masculino.
Su trabajo en la
pensión de la señora Baker (Pauline Collins) le hace pasar inadvertida en el
Dublin de finales del siglo XIX donde unos pocos privilegiados exigen demasiado
para una gran mayoría de pobres que buscan un trabajo para sobrevivir.
Dentro del
contexto de una sociedad en suma puritana, y a la vez hipócrita, en lo que a
modales y comportamiento social se refiere. La Inglaterra victoriana fue una
sociedad encorsetada y modosita bajo los estragos de la Revolución Industrial y
sus penurias; sobre todo, para aquellos desesperados por mantener el tipo y
sobrevivir dentro de una sociedad competitiva y brutal.
Por lo tanto,
tener un empleo, y mantenerlo, era una cuestión de vida o muerte. Además, en el
caso del personaje de “Albert”, no sólo el sufrimiento es social, sino íntimo.
Su soledad es terrible y su falta de amor diríamos que total.
La temática es
interesante, sobre todo cuando vivimos en medio de sociedades que manifiestan
ser abiertas en su planteamiento social, pero cerradas a la hora de aceptar las
diferencias y de entender la diversidad.
Creo que es una
buena lección para las sociedades agazapadas e intolerantes que no entienden,
que ante sus cerradas posiciones conllevan a la mentira, la infelicidad y sobre
todo a la desesperación del negar quiénes somos en verdad.
La propuesta de Rodrigo García empieza a marcar un camino de exploración de muchas personas reales que han tenido que mentir para poder sobrevivir, de personas que por el temor de ser apabulladas o excluidas y temerosas a la censura; llegan a al extremo del negar quiénes son en realidad. Hay máscaras adoptadas, pero hay máscaras impuestas.
Me parece que el tema de la homosexualidad de los personas podía ser tratado en la película de mejor manera, ya que no hay nada que lo pueda justificar. Se es quien se es y punto.
"Albert
Nobbs" nos habla sobre la búsqueda de nuestra propia identidad por encima
del rol que se supone nos haya tocado desarrollar en la vida;
y lo hace a
través de la compleja personalidad del Sr. Nobbs.
La película plantea una historia arriesgada, aunque la dirección de Rodrigo
García carece de la fuerza necesaria, quedándose en una plasmación correcta
pero algo sosa.
Sin embargo, el empeño de Glenn Close por sacar adelante este
proyecto (también es co-guionista y co-productora) consigue salvar el resultado
del producto.
Gracias a la sobria
interpretación que hace de su atormentado personaje, interpretándolo desde una
aparente inexpresividad que termina siendo increíblemente expresiva, en una de
las mejores interpretaciones de su carrera.
Close, nos
regala momentos magistrales donde las ansias de encontrar su lugar en el mundo
y sus frustraciones se condensan al limite a punto de explotar en una actuación
contenida y peculiar. El resto del reparto femenino lo borda. Desde la genial
Janet McTeer, pasando por la ascendente Wasikosvska, hasta Pauline Collins como
la avispada Sr. Baker.
El final resulta precipitado y bastante más mejorable, hubiera podido dar mucho más de sí. De
todas formas, no me sentí decepcionado, pues tampoco tenía grandes
expectativas. Una película triste pero con un mensaje muy importante.
0 comentarios:
Publicar un comentario