En la Inglaterra victoriana, una bella mujer (Ingrid Bergman) se casa con un famoso pianista (Charles Boyer). La felicidad desaparece cuando en la casa, donde años atrás se cometió un asesinato, la mujer empieza a oír extraños e inexplicables ruidos; mientras tanto, su marido la atormenta hasta hacerla creer que se está volviendo loca.
Mucho se habla
del poder de la mente, directores como Lynch, Buñuel y muchos aclamados han
abordado este tema.
En el caso del film de George Cukor vemos todo desde una perspectiva más abierta, y el poder de la mente es ejercido sobre otra mente más débil hasta puntos extremos.
"La luz que agoniza" es un drama psicológico de vigencia intacta. Pese que posteriormente se han hecho films de trama similar, esto no genera que en ningún momento el final de esta se trunque.
En el caso del film de George Cukor vemos todo desde una perspectiva más abierta, y el poder de la mente es ejercido sobre otra mente más débil hasta puntos extremos.
"La luz que agoniza" es un drama psicológico de vigencia intacta. Pese que posteriormente se han hecho films de trama similar, esto no genera que en ningún momento el final de esta se trunque.
Es curioso que
en realidad sepamos desde el principio lo que estamos viendo, básicamente es un
film conscientemente "predecible", pero irónicamente jamás pierde el
pulso, nunca te desentiendes de lo que ocurre frente a tus ojos.
Como drama psicológico alcanza varios puntos extremos, gracias al aporte grandísimo de dos actores como Bergman y Boyer. Sobre todo ella, recompensada con un merecido Oscar, logra un personaje único, una mujer atormentada, en constante sufrimiento.
Como drama psicológico alcanza varios puntos extremos, gracias al aporte grandísimo de dos actores como Bergman y Boyer. Sobre todo ella, recompensada con un merecido Oscar, logra un personaje único, una mujer atormentada, en constante sufrimiento.
Y Boyer logra un
personaje que tiene algunos momentos un poco forzados, pero todo tiene sentido
al final cuando se descubren sus reales intenciones.
La historia en si es sencilla y pese a que te la van destripando poco a poco no te importa porque el interés está en ver el proceso y no tanto descubrir quien es el malo.
La historia en si es sencilla y pese a que te la van destripando poco a poco no te importa porque el interés está en ver el proceso y no tanto descubrir quien es el malo.
Hay muchos
detalles interesantes a los que prestar atención: el ambiente gótico de la casa
y la bruma londinense que te recuerda a Jack el Destripador; los secundarios
entrañables (una joven Angela Lansbury); el esperado final, el juego de luces,
el tono expresionista que se alcanza, etc.
Merece apuntar el interesante retrato de lo que hoy en día conocemos como el maltrato psicológico.
Gregory es un maltratador y casi desde el principio va sometiendo a Paula por medio de una personalidad autoritaria, arrolladora, dominante pero también, humillándola, minusvalorándola, despreciándola hasta el punto de que Paula queda totalmente anulada.
Merece apuntar el interesante retrato de lo que hoy en día conocemos como el maltrato psicológico.
Gregory es un maltratador y casi desde el principio va sometiendo a Paula por medio de una personalidad autoritaria, arrolladora, dominante pero también, humillándola, minusvalorándola, despreciándola hasta el punto de que Paula queda totalmente anulada.
Muy bien contado todo el proceso más de una mujer (y es una desgracia que sea así por lo que supone) se habrá visto reconocida en el personaje de Paula.
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