Lejos de su
hogar, dos personas sumergidas en el sinsentido de una vida, que parece
haberles dejado a la deriva en un mar de apatía, se encuentran perdidos en
mitad de la cultura nipona. Eso es “Lost in Translation”.
Bob Harris (Bill
Murray) es un actor con la crisis de los cincuenta, cuyo matrimonio no está en
su mejor momento, y que ha ido a Tokyo a rodar un anuncio.
Charlotte (Scarlett Johanson), es una chica que ha viajado hasta la capital nipona, para acompañar a su marido, un hombre absorbido por su trabajo como fotógrafo.
Charlotte (Scarlett Johanson), es una chica que ha viajado hasta la capital nipona, para acompañar a su marido, un hombre absorbido por su trabajo como fotógrafo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5PMTHLQBG_LbyJK5tRaA8RqhvvjoxiDEF0qTmId1OFVzlRQZ5WUtwD-J4OZaACNbj5EEklIveXpXx-Ai2QE_2Mfu5r8PLVIG8DIYv0iMIZ8E8U5HMDlSIae9kJMG4gw0PxyWw2kTBEuBz/s320/2.jpg)
No se trata de
la manida historia de amor; tampoco veremos besos apasionados, lágrimas ni
romances melodramáticos.
Simplemente, dos personas cuyas vidas parecen tan distintas se entrelazan durante unos pocos días, dando lugar a un vínculo de comprensión y entendimiento.
Simplemente, dos personas cuyas vidas parecen tan distintas se entrelazan durante unos pocos días, dando lugar a un vínculo de comprensión y entendimiento.
La culpa de la
imagen de la ciudad de Tokio se debe a la fantástica fotografía de la película,
que es más un documental gráfico de esta metrópoli de ensueño. Si no habéis
tenido posibilidad de viajar a Tokyo, la película refleja muy bien la vida de
allí, sus gentes, la comida y la cultura.
Quiero entender que Sofía Coppola quería hacer llegar al espectador sensaciones que a todos nos han podido asaltar alguna vez: soledad, nostalgia, ese frío de madrugada que te desubica y te hace sentir perdido... Pero no negaré que el lento (aunque necesario) desarrollo de la cinta, puede llegar a aburrir a espectadores más impacientes.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGNrPiPbwj7BRbxZpIYw6ssam9lOzfcao3Id85q_NNJ3O7Uts1ExA2MBcYK5KVYLLhx9TSSv7vz1GqAd99aYTbxAF8Rle-4Jvy5ydsldi6OElOkmBw148aSR6PW9Tk7rUFYTS5v9JNFfod/s320/3.jpeg)
Pero si hay algo que realmente hace a esta película lo que es, son sus interpretaciones.
Bill Murray nos
vuelve a deleitar con otra de sus películas en que su mejor as es el silencio,
un silencio acompañado de una manera de hacer inimitable, muy personal.
Hace gala de su sentido del humor, y de una acertada combinación de sobriedad y excentricidad, creando un personaje inolvidable.
Scarlett, por otro lado hace más o menos lo mismo, pero acompañada también por su delicadeza o como decirlo, sutileza. Durante el film está como Murray, callada; pero al igual que él, nos transmite paz interior y nos hacen pasar un buen rato en el momento en que se conocen los dos.
Hace gala de su sentido del humor, y de una acertada combinación de sobriedad y excentricidad, creando un personaje inolvidable.
Scarlett, por otro lado hace más o menos lo mismo, pero acompañada también por su delicadeza o como decirlo, sutileza. Durante el film está como Murray, callada; pero al igual que él, nos transmite paz interior y nos hacen pasar un buen rato en el momento en que se conocen los dos.
De todos modos
echo en falta más introspección en los dos personajes principales; ya que poco
se profundiza y se sabe de ellos. Más bien, parece una repetición cíclica de
unas personas que tienen hastío, aburrimiento y se sienten perdidas en su vida.
Pero claro, eso aparece como lo único reseñable y en todas las escenas. Además
que el resto de personajes secundarios parece que no existieran, ya que tienen
poca relevancia.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2RExb-vCO4ObnxQMclli2C8oUnu1Z64u6HGl4r4ZSh18FsrSFsCwjhrm5HgHwZiCV6dy2zYr_aA_t-GsfMUfy258mKOnBqK-4PjzYjAepJz3GB6ukmypTKWT6N6crj-z5RK_CNbHg2h2f/s320/4.jpg)
El ritmo de la película es el único ritmo adecuado que podría dársele a una historia como esta, de no-amor y soledad.
Lost in
Translation es como la vida misma, vale, es verdad que no todos podemos
permitirnos una habitación en el Park Hyatt de Tokio, pero todo lo que ocurre,
excepto alguna anécdota muy puntual, es totalmente cierto, podría ocurrir perfectamente
en la vida real.
La relación que
mantienen Murray y Scarlett es genial, es una relación que ninguno de los dos
habría imaginado cuando llegó al "aburrido" Tokio no precisamente
para hacer turismo y pasarlo bien.
Pese a su diferencia de edad, se dan cuenta de que los dos tienen mucho que aportarse mutuamente, en un contexto además que acompaña y que de no existir, no les habría unido ni en los más escandalosos sueños (ese contexto es Tokio).
Pese a su diferencia de edad, se dan cuenta de que los dos tienen mucho que aportarse mutuamente, en un contexto además que acompaña y que de no existir, no les habría unido ni en los más escandalosos sueños (ese contexto es Tokio).
Los personajes
no llegan a obtener las respuestas a sus preguntas, sino el placer de descubrir
que ahí fuera hay alguien tan perplejo como ellos, y que no están solos después
de todo.
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