Perversa e
incómoda. Lars Von Trier nos embauca para mirar en la ratonera que monta
llamada Dogville, para sacar a relucir las peores pasiones del ser humano, la
mayoría de ellas cuando poseen el dominio sobre otro ser humano. Hasta llegar
al punto de convertirse casi en una película sobre el odio.
Ambientada en
los duros años 30 americanos, la historia nos habla de Grace (Nicole Kidman), una mujer perseguida por unos
gángsters, la cual encuentra refugio en una comunidad perdida en medio de las
montañas llamada Dogville.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCf9EClmH0Fq9KVEcK8AJOa-APbv0h90r-ldU-q05KS8MK0LTuZnSHKCMqtUSfxuzsNNM08f-Y0o-XAa5AiwV4PnG4nY3r1VZrcq0Sd07rnc9VYirS7aExhym3WqulMTVAOiKR1NnV4rM2/s320/2.jpg)
Hasta aquí la bondad humana
triunfa. Pero tan pronto como sus nuevos amigos descubren un resquicio por
donde introducir sus malos pensamientos… lo van haciendo, uno tras otro. El
simple, la intelectual, la religiosa, el artesano, la gran señora, el ciego, la
minusválida, el doctor y hasta el filósofo.
Todos sin excepción
aprovechan la oportunidad y utilizan a la recién llegada para dar rienda suelta
a sus bajas pasiones.
Es fascinante la forma en la
que poco a poco los personajes van evolucionando, llegando a dar auténtico
pavor algunas situaciones, no hay lugar para la desconexión en ningún momento
Las actuaciones
son sobrias y solventes, algo imprescindible cuando Von Trier apoya todo el
film en ellas. A esto ayuda unos personajes bien caracterizados a los que se les
puede sacar todo el partido.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1hvsxq7uTyble75-3WatHwh2M6N3IRlYgKUCsK4wi01ULBWAhxZeF1kL_Qng6FNABjJrbMlLnoi1jCsm_6hjgunmVd8Emvx_5Aw6icZypTq-MytVgdvUSSEvRSN3ks0Dut1Bsh0IvVIW5/s400/4.jpg)
Unos son más hipócritas
y lo demuestran menos, pero nadie escapa de la tiranía; y lo peor es que lo
hacen sin darse cuenta.
La película está
estructurada en 9 capítulos, en los que se desgranan las costumbres, forma de
vida, y las diferentes personalidades de los habitantes de Dogville a través de
una interesante voz en off, como si nos contaran un cuento.
Se pretende mostrar el contenido de la historia de la manera más cruda posible sin elementos que desvíen la atención; por lo que se prescinde prácticamente de todos los decorados y escenarios. Da la sensación de estar ante una obra de teatro filmada.
Se pretende mostrar el contenido de la historia de la manera más cruda posible sin elementos que desvíen la atención; por lo que se prescinde prácticamente de todos los decorados y escenarios. Da la sensación de estar ante una obra de teatro filmada.
Si no hay
paredes, ni fondo, ni otros elementos, es por una razón, no por que sí. Y esta
razón es muy sencilla: lo que importa son los sentimientos, los personajes, las
situaciones... y para ello, qué mejor que quitar todas las paredes (tanto
literal como metafóricamente).
Dogville abarca muchos temas
aunque ninguno de ellos se desarrolla del todo, pero podría decirse que lo
principal es, en definitiva, la crueldad. El origen del mal.
El debate sobre este
asunto se esboza en ocasiones de un modo un poco torpe, y parece lícito
reconocer que la idea es que cualquiera puede ser malo bajo las circunstancias
apropiadas.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-wH565xaJahjfIziQAVGIaRLDxPna3ww5jYrh-uhuQ46csJqUBrbRO2fhNmwB6Vzj-59L4nn1HIgfK3X-Pb0FD2MeYUXueVzo3bXUuZ3mbZOaaHYZceIKQEH_t6vcyFpcOp8m8B2p3SL6/s400/3.jpg)
El filme nos muestra el desarrollo y la evolución de una sociedad
confinada en un pueblo a lo largo del tiempo.
¿Acaso no es así en la realidad
(excluyendo el final de la película)? Hipocresía; buenas caras al principio,
malas al final; abusos (no me refiero únicamente a los sexuales); desconfianza;
bondad condicionada...
Dogville es el
pueblo en el que se desarrolla la acción, pero eso poco importa, el lugar no
tiene trascendencia, podría ser cualquiera, la importancia se ciñe en las
personas, que también podríamos ser cualquiera. Dogville en realidad no es el
nombre de un pueblo, es otra manera de decir sociedad.
Es una película
que exige al espectador poner su atención, pero lo recompensa con creces. Se nos
muestra lo “animales” que seguimos siendo a veces sin darnos cuenta. Eso sí, no
es una película con término medio, o gusta o se detesta. En mi caso, a mi me
fascinó.
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