Partiendo de una premisa muy atractiva, con mínimos recursos técnicos y con un guión basado en una gran y reconocida obra teatral; se desarrolla un encuentro entre madre e hija que parece ser el objetivo muy preparado de esta última, y al que la primera asiste obligada.
En "Buenas noches, madre", todo sucede en una casa y en una misma noche; la historia nos adentra poco a poco en la destrozada vida de Jessie, una mujer de mediana edad, cuya vida es una pesadilla: la epilepsia la incapacita para conservar cualquier trabajo, además tiene un hijo drogadicto y arrastra un matrimonio fracasado.
Es por ello, que un día determinado, antes de acostarse, decide suicidarse. Junto a su madre, como testigo involuntario de toda su desgracia existencial, vivirá una noche, donde sentimientos y confidencias saldrán a la luz entre ambas.
Es por ello, que un día determinado, antes de acostarse, decide suicidarse. Junto a su madre, como testigo involuntario de toda su desgracia existencial, vivirá una noche, donde sentimientos y confidencias saldrán a la luz entre ambas.
La madre, desesperada, le intenta convencer de lo contrario por activa y por pasiva, y se suceden unos diálogos entre las dos, que convierten la película en algo teatral, pero bastante interesante.
Eso es todo y todo eso, es mucho más. La película es fulminante en su sencillez, en la humanidad que desprenden sus personajes.
Mantiene una tensión frustrante y desesperante llena de altibajos bien estructurados, para crear un ritmo que no decae ni un ápice en más de hora y media.
Trata un tema peliagudo como es el del suicidio; con intimismo, naturalidad, realidad y sin frivolidades ni clichés típicos en otras obras de semejante carácter.
Con un reposado aunque lírico diálogo, la película sondea profundamente en la relación de madres e hijas, mientras que hace una declaración humana e inquietante acerca de la responsabilidad y la valentía.
Con un reposado aunque lírico diálogo, la película sondea profundamente en la relación de madres e hijas, mientras que hace una declaración humana e inquietante acerca de la responsabilidad y la valentía.
A destacar el duelo interpretativo entre sus actrices, quienes estaban en sus mejores momentos. Ellas son las únicas actrices en toda la historia.
Por una parte, tenemos a una veterana Anne Bancroft, tal vez bastante sobreactuada y una Sissy Spacek, que a veces parece muy gris, a pesar de ser la protagonista.
Pero el excelente trabajo de ambas, hacen de este real y escalofriante retrato de la depresión, una obra a tener en cuenta y para reflexionar.
Por una parte, tenemos a una veterana Anne Bancroft, tal vez bastante sobreactuada y una Sissy Spacek, que a veces parece muy gris, a pesar de ser la protagonista.
Pero el excelente trabajo de ambas, hacen de este real y escalofriante retrato de la depresión, una obra a tener en cuenta y para reflexionar.
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