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El Tiempo en sus manos (1960): El Viajero que fue testigo de la desidia humana,



Inglaterra, 1899. Un científico (Rod Taylor), construye un vehículo que le permite viajar a través del tiempo. Con él emprende un alucinante viaje a través de los siglos, para conocer qué esconde la evolución de la Humanidad.

El filme adapta la archiconocida novela de Wells “La máquina del tiempo”. Si es cierto que si bien la primera mitad de la película, te tiene totalmente pegado a la butaca y narra unos hechos cuanto menos interesantes; una vez sucede el gran salto al futuro la película se resiente y tiene un bajón notable, resultando de todos modos entretenida en todo momento. 

Este cambio en la línea de la cinta, la priva de ser una obra mayor pero no de ser una obra altamente recomendable para los amantes del género y sobre todo, para los que disfrutan con la temática de viajar en el tiempo.

El guión de todas formas, no termina de sacar del todo partido de la obra de Wells. 

Y aunque está bastante fielmente adaptado; no debemos olvidar que sobre todo busca el entretenimiento más que la reflexión filosófica, que es lo que más abunda en el libro del autor nacido en Kent.

Aún así resulta curioso como antes, lo bien que sacaban partido de un buen texto para una película, hecho que los guionistas de hoy parecen no conseguir, con cinco masters a sus espaldas. 

Para Rod Taylor era su primer papel de protagonista después de estar a la sombra de gente como Rock Hudson, James Dean, Burt Lancater o Montgomery Clift en varias películas y la verdad que un papel interesante, con ese aire de ironía y socarronería puramente australiana que le valdría posteriormente poder hacer "Los pájaros" con Alfred Hitchcock.

El otro personaje destacado del reparto es el interpretado por Alan Young, que se pone en la piel de David Filby, amigo íntimo del protagonista. Sin olvidarnos de Yvette Mimieux, realizando el papel de Weena, una eloi* que siente afecto por el protagonista al haberle salvado éste de una situación peligrosa.

En resumen, cierto es que la película a veces resulta entrañablemente cutre, y que no aguanta comparación, con la evolución actual de los efectos especiales, pero yo la considero un clásico redondo de la ciencia-ficción.

Tiene muchas más virtudes de lo que parece, más aún si la comparamos con la versión moderna del año 2002, de la que lo único salvable es la banda sonora. Será por algo.

Mencionar un tema que parece obsesionar a los más sesudos: no intentar buscarle tres pies al gato, con las paradojas temporales que se plantean en la película. Lo que se trata en "La máquina del tiempo" es de extraer una enseñanza duradera metafísica y moral, ya planteada en Fahrenheit 451: no podemos quemar nuestro presente, ni físicamente ni ideológicamente.

Otra cosa es aprovecharse de la condición de semi-Dios, que aporta un invento extraordinario como una máquina del tiempo, para redimir a la humanidad de errores del pasado.

¿Es lícito desafiar a la ciencia, para que gente inocente tenga una segunda oportunidad? ¿Es la máquina del tiempo, un invento del "diablo", como se menciona en la película? Ahí lo dejo.





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