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Antes de que el diablo sepa que has muerto (2007): Sospechas Familiares




Sidney Lumet, con 84 años, da muestras de estar mas vivo que la mayoría de directores actuales con una película llena de fuerza y ritmo, con una historia de violencia explícita y contenida más negra que el carbón.

“Antes que el diablo sepa que estas muerto” cuenta la historia de dos hermanos, con vidas muy diferentes pero igualmente fracasadas, que deciden robar en la joyería de sus padres para conseguir un dinero fácil. El robo se resuelve de forma imprevisible y desastrosa, dando al traste con su plan.

Como se llega a ese robo, y las consecuencias que se desprenden de él, es lo que se encarga de contar la película a partir de un guión tan complejo como claro y conciso. 

Con numerosos saltos en el tiempo, viendo la acción desde numerosos puntos de vista, la película atrapa al espectador en una intriga en la que además surgen todas las tensiones familiares que esconden los protagonistas.

Con un arranque inusualmente tórrido, la historia avanza con paso firme desde un comienzo contundente, pasando por momentos más ligeros pero sin perder nunca de vista la esencia del relato, hasta llegar a un final tan dramático como despiadado.

Otra de las virtudes del guión es el retrato que se hace de todos los personajes, que en pocos trazos consigue definirlos con total claridad. Personajes interpretados de forma magistral por todos los actores, especialmente por los cinco protagonistas.

El trabajo más llamativo quizás sea el de Phillip Seymour Hoffman, dando vida a un repugnante hombre de negocios, atrapado por sus excesos y que ejerce una tremenda manipulación sobre su cobarde e inmaduro hermano, representado por el eternamente joven Ethan Hawke.

El veterano Albert Finney, interpreta al padre de ambos, y borda a las mil maravillas unas escenas de dolor que sobrecogen. 

Y aunque su papel es menor dentro de la película, cabe destacar a la hermosa Marisa Tomei, que cumple con creces a la hora de dar la réplica a un Hoffman, que tiende a comerse en pantalla a sus compañeros.

Estamos pues ante una película disfrazada de thriller policial, que en realidad encierra un melodrama sobre el lado oscuro del ser humano y las relaciones familiares, lleno de venganza, culpa y traición.


Una amalgama de personajes odiosos, intentando buscar la salida rápida del pozo de problemas en el que andan metidos, sin darse cuenta que gracias al considerable número de decisiones erróneas tomadas, se están precipitando hacia el mismísimo infierno.






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