Ned
Racine (William Hurt), un joven abogado de Florida, lleva una vida normal hasta
que conoce a Matty Walker (Kathleen Turner), una tentadora y sensual mujer
casada con un rico hombre de negocios (Richard Crenna). Ned pronto se da cuenta
de que Matty es la clase de mujer por la que un hombre sería capaz de matar.
El
thriller quizás sea el género cinematográfico que más dependencia tenga de los
méritos que pueda aportar el guión, que habitualmente lleva al espectador al
despiste y a la sorpresa, con los riesgos que esto conlleva.
En esta ocasión, estamos ante una de las mejores
películas de los 80, estrenada, por cierto, en el mismo año que la también
sublime "El cartero siempre llama dos veces", con Jack Nicholson y
Jessica Lange.
La
película supuso, como se ha dicho hasta la saciedad, una acertada revisitación
del cine negro clásico adaptada a los tiempos modernos, pero que recuerda
vagamente a aquella época. El sexo es mostrado más abiertamente, es más
explícito y gráfico.
Es
el arma empleada por una seductora femme fatal para engatusar a un picapleitos
de dudoso prestigio al que acaba convenciendo para que le ayude a liquidar a su
detestable marido rico y repartirse así la herencia.
Kasdan evoca a los densos y tórridos argumentos de escritores que situaban sus obras en los estados sureños en pleno verano. Qué mejor escenario que Florida, influenciada por las calurosas corrientes del cercano Caribe.
Kasdan evoca a los densos y tórridos argumentos de escritores que situaban sus obras en los estados sureños en pleno verano. Qué mejor escenario que Florida, influenciada por las calurosas corrientes del cercano Caribe.
Elegir
dicha estación no debía de ser casual. Quizás porque es el clima propicio para
liberarse de casi todas las prendas y desatar pasiones.
Lo
que más llama la atención es la manera de seducir de la protagonista hacia el
entregado abogado. Cómo le lleva a su terreno y su manera de proponerle el
asesinato del marido, su forma de camelarle hasta tenerle a su completa merced.
Algo que supone la demostración de hasta qué punto, se puede perder la cabeza
por una mujer y hacer cualquier tipo de locura.
El
desenlace pierde bastante clímax con la aparición de varias escenas
"explicativas", por así decirlo, que vi innecesarias.
Me cuesta mucho creer la solución del narrador ya que es injusta con el espectador, y ese tipo de recursos narrativos no me gustan.
Es mejor sugerir, a que luego de una tacada el personaje protagonista te desvele todo lo que tú, pobre espectador, no habías conseguido ver (y nadie, puesto que se oculta mucha información).
Me cuesta mucho creer la solución del narrador ya que es injusta con el espectador, y ese tipo de recursos narrativos no me gustan.
Es mejor sugerir, a que luego de una tacada el personaje protagonista te desvele todo lo que tú, pobre espectador, no habías conseguido ver (y nadie, puesto que se oculta mucha información).
Gran
trabajo histriónico del dúo protagonista William Hurt y la bellísima Kathleen
Turner, quienes interpretan en forma magistral a dos desalmados ambiciosos que
adolecen de cualquier tipo de escrúpulos. Ambos
desprenden sensualidad y naturalidad, a través de unos personajes tan
turbios como sus sentimientos.
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