Melvin
Udall (Jack Nicholson), un escritor de novelas románticas obsesivo y maniático,
es uno de los seres más desagradables y desagradecidos que uno pueda tener como
vecino en Nueva York. Es un hombre que sufre de un desorden obsesivo-compulsivo.
Entre sus
rutinas está la de comer todos los días en una cafetería, donde le sirve Carol
Connelly (Helen Hunt), una camarera y madre soltera. Y sus encontronazos con
Simon Nye (Greg Kinnear), un artista gay, que es su vecino de al lado. Los tres
hallarán la oportunidad de ser felices después de que sus destinos se
entrelacen fortuitamente.
Con este
simple guión, James L. Brooks se saca de la manga una tierna historia sobre
temores, amor, algunas locuras y paranoias y que se ganó por méritos propios en
1997 los dos Óscars a el mejor actriz y actor, como no podía ser menos.
Mejor…
Imposible es una película cuya historia es una elaboradísima ironía de la
propia vida y de las vueltas que da, lo mucho que puede cambiarnos el permitir
cambios a priori insignificantes y temporales en nuestro día a día.
Desde
empezar una amistad con alguien totalmente contrario a nosotros, o el permitir
la entrada de un pequeño perro (del que es imposible no enamorarse) en su casa,
morada que nadie, excepto el propio Melvin, ha pisado nunca.
Todo evoluciona a partir de ese momento, en el que experimentará un cambio (¿O no?), en su persona, siendo más cercano, más sincero, más abierto, más sociable, pero, al fin y al cabo, él mismo.
Jack
Nicholson vuelve a mostrar toda su capacidad histriónica al encarnar a un
personaje, cuya insoportable personalidad, lo hace más entrañable al extremo de
sentir ternura y simpatía, aún cuando este sujeto parece ser de lo más
despreciable.
Helen Hunt
construye de manera convincente, un personaje abrumado por problemas
emocionales y económicos.
En los papeles secundarios cierra este trío un
entrañable Greg Kinnear; un artista homosexual, deprimido por el fracaso
laboral.
Juntos son dinamita, teniendo mucha química
entre ellos, sacando adelante una película que no pierde el ritmo en ningún
momento, que entusiasma y nos hace pasar un rato ameno; mostrando situaciones
de vida lo suficientemente profundas, como para quedarnos con algunos conceptos
interesantes.
Un drama
con toques de comedia entrañable, con un argumento muy original que ofrece una
perspectiva nueva al mundo de la comedia, haciendo muy llevaderas sus casi dos
horas de duración.
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