En
el año 180, el Imperio Romano domina todo el mundo conocido. Tras una gran
victoria sobre los bárbaros del norte, el anciano emperador Marco Aurelio
(Richard Harris) decide transferir el poder a Máximo (Russell Crowe), bravo
general de sus ejércitos y hombre de inquebrantable lealtad al imperio. Pero su
hijo Cómodo (Joaquin Phoenix), que aspiraba al trono, no lo acepta y trata de
asesinar a Máximo.
Desde
la antigua Roma hasta nuestros tiempos la sociedad ha cambiado muy poco, y como
podréis comprender, el mundo desde que apareció el ser humano se rige por
mentiras, traiciones y envidia. Traiciones que pueden sacar lo peor de cada
persona como la venganza, que es lo que busca este gladiador, y envidia que
hace que hasta el más "poderoso" pierda su dignidad.
Hablar
de "Gladiator" es hablar de un filme para todos los gustos. Tiene
sentimentalismo, acción, efectos visuales, profundidad discursiva, excelente
ambientación y fotografía, una musicalización fuera de serie y sobre todas las
cosas, unas excelentes actuaciones.
El
director Ridley Scott logró revivir la gloria de Roma, consiguiendo sin lugar a
dudas, un resultado efectista y correcto, gracias a la magia de los efectos
digitales.
En cuanto a la historia, mezcla hechos
históricos con personajes ficticios de una manera épica. No solamente tenemos
drama, emoción y ambición humanas.
También se nos detalla con todo lujo de
detalles el esplendor del Imperio Romano, sus guerras en Germania, intrigas
políticas, el culmen de la civilización del Tíber con su Coliseo y el mundo de
los gladiadores.
Con respecto a sus interesantes actuaciones, tenemos a un sorprendente Joaquín Phoenix, y por supuesto un mesurado, carismático, pero parejo y sobrevalorado Rusell Crowe, quien hace el papel a memoria, sin brindarle mayores matices.
Muchos
criticaron a Scott por su oportuna comercialidad. Sin embargo, creo que este
director demuestra su verdadero talento para la realización en
superproducciones de corte histórico (con excepción de incursiones puntuales en
otros ámbitos, claro está).
Además,
nos devolvió un género que creíamos perdido y que tenía muchos seguidores: El
"peplum", un término que no debería emplearse de forma peyorativa,
sino de admiración por su grandilocuencia.
¿Espectáculo?
Por supuesto, pero sublime. ¿Fallos? Naturalmente que los habrá. Cualquier
película, por buena que sea, no se libra de ellos; pero cuando son pocos o casi
inapreciables, pueden perdonarse.
¿Casquería
o recreación en la violencia? No, señores, se luchaba así. En una batalla de
gladiadores, no se tenían miramientos en mutilar de una u otra forma y, para
qué engañarnos, la sociedad romana tenía una ávida sed de sangre.
¿Abuso de las
nuevas tecnologías? Si los directores de los años 60 hubieran podido
utilizarlas, ¿las habrían rechazado? Yo creo que no.
¿Exagerada
con un héroe que parece indestructible como "Terminator"? Vale,
incluso herido Máximo es de otra pasta. Pero la épica está llena de semidioses.
Gladiador es y será recordada, aunque pienso que no está a la altura de las grandes películas del género, como:
Ben-Hur, La caída del imperio romano, Espartaco, Quo Vadis, por
mencionar algunas joyas. Es más, utiliza en forma calcada, muchos de sus
principales planos, contenido, montaje e historia.
Sin embargo, este director inglés, tuvo la proeza de interesar al público y a la industria, al resucitar al cine histórico de aventuras, para mi gusto, uno de los géneros más interesantes del séptimo arte de las últimas décadas.
Sin embargo, este director inglés, tuvo la proeza de interesar al público y a la industria, al resucitar al cine histórico de aventuras, para mi gusto, uno de los géneros más interesantes del séptimo arte de las últimas décadas.
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