El Cairo, 1917. Durante la Gran Guerra
(1914-1918), T.E. Lawrence (Peter O'Toole), un conflictivo y enigmático oficial
británico, es enviado al desierto para participar en una campaña de apoyo a los
árabes contra Turquía. Él y su amigo Sherif Alí (Omar Sharif) pondrán en esta
misión toda su alma.
David Lean dirigió en 1962
uno de los mayores éxitos que ha dado el mundo del cine. Más de tres horas de
duración que inmiscuyen a uno en medio del desierto.
"Lawrence de Arabia" es una película que retrata la aventura del militar británico Sir Lawrence que se enamoró del mundo árabe, llegando a ser parte de uno de los suyos. Un líder que unificó a pueblos para conseguir uno único.
"Lawrence de Arabia" es una película que retrata la aventura del militar británico Sir Lawrence que se enamoró del mundo árabe, llegando a ser parte de uno de los suyos. Un líder que unificó a pueblos para conseguir uno único.
Una unión que se formó
gracias a guerras y batallas, y que costó la vida de millones de personas. Unos
hechos que marcaron el rumbo de un país.
La película está magistralmente dirigida. Tomas realmente brillantes que nos presentan un desierto hipnótico. A ello ayuda también una sobresaliente fotografía que enamora. Esos tonos rojos y naranjas, están muy bien equilibrados para que las escenas no resulten quemadas.
La película es una obra
colosal y épica de las que se hacían a lo grande sin reparar en gastos con miles
de extras contratados. Hay grandes batallas con enormes despliegues de masas,
caballos, camellos, etcétera
La historia nos narra como el protagonista intenta realizar esta difícil tarea, como se convierte en un hombre respetado para los ingleses y también para los árabes y aunque el film nos narra casi todo éxitos, también vemos como le afecta la cara oscura de la guerra.
Usado por ambos
bandos, sujeto quiera o no al yugo de los burócratas y considerado extranjero
tanto en un sitio como en otro.
Aparte de que pese a la cara
idílica que nos muestra casi en todo momento la cinta, la guerra es sangre, es
muerte, incluida la de inocentes y él tendrá que acabar manchándose las manos y
ver que por muy nobles que fueran sus intereses, la guerra es más complicada de
lo que él pudiera pensar o desear.
Pero hablar de
"Lawrence de Arabia" es hablar de su banda sonora. Unas melodías muy
reconocibles y que han perdurado a lo largo de los años, convirtiéndose en una
banda sonora única e irrepetible.
Por supuesto, no se puede dejar de nombrar las actuaciones. Peter O'Toole no se llevó ese año el Oscar, pero su trabajo es sobresaliente. Siempre se le recordará por este personaje lleno de matices.
El personaje le da la ocasión de desplegar una multiplicidad de encontradas
emociones, con las cuales dio cuenta de que era un intérprete capaz de meterse
en la piel de cualquier personaje.
Junto a él grandes actores como Alec Guinnes, Omar
Sharif o Anthony Quinn acompañan al protagonista en este viaje, aportando cada
uno su gran talento en este clásico.
No obstante, el claro problema de la historia, es el
extenso metraje. Lean filma dos películas en una, dos partes de la misma
historia unidas por un punto de inflexión que es la toma de Áqaba.
Dejar un
film de 4 horas es excesivo, porque el ritmo de la narración empieza a mostrar
claros altibajos y se hace monótona; deja mucho espacio a pensar, es decir, el
espectador puede darse el lujo de divagar o desentender su mente; hay muchas
lagunas narrativas donde sólo se aprecia la bella fotografía; en general la
historia se hace densa y pesada.
En resumidas cuentas una película buena, más por la
labor de dirección y contención actoral al servicio de una protagonista. Un
guión interesante, una temática actual, y una biografía intrigante y ambigua,
pero que no pudo exprimirle el jugo necesario, dada su complejidad y el riesgo,
para destilar una película notable.
Aun así algunas gotas muy jugosas se
escapan al tamiz dejando un sabor de boca, y unas imágenes dignas de figurar en
la memoria fotográfica de los buenos amantes del cine.
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