En el restaurante,
conoce a Toddy (Robert Preston), un homosexual que no sólo le ofrece
hospitalidad, sino que tiene la brillante idea de convertirla en Víctor.
Hacer que ella haga creer a todo el mundo que es un joven gay que se viste de mujer para actuar; para convertirlo así en el mejor transformista de todos los tiempos; aunque en realidad sea una mujer.
Hacer que ella haga creer a todo el mundo que es un joven gay que se viste de mujer para actuar; para convertirlo así en el mejor transformista de todos los tiempos; aunque en realidad sea una mujer.
Divertida y hasta cierto punto entrañable película, la que nos traía Blake Edwards con su mujer en aquel momento, Julie Andrews, a la que muchos criticaban por no tener el suficiente sex appeal, como para interpretar a esta mujer, que se hace pasar por hombre para poder ganarse la vida como cantante.
A mí esta actriz no me apasiona mucho, pero tampoco hay que
quitarle méritos y yo sí que creo que cumple bastante bien con lo que este tipo
de papel, no tan fácil de interpretar como puede parecer, demanda.
Lo que nadie podrá negar es que la Andrews, junto con
Liza Minneli y mi adorada Barbra Streissand, es una de las mejores voces de la
pantalla y aquí deja constancia de ello.
No soy muy amante de los musicales, pero aquí no se abusan de las canciones y las que aparecen no interrumpen el ritmo del argumento en ningún momento.
No soy muy amante de los musicales, pero aquí no se abusan de las canciones y las que aparecen no interrumpen el ritmo del argumento en ningún momento.
Un argumento tan enrevesado (una mujer haciéndose pasar
por un hombre que finge ser un hombre) podía haber dado lugar a una cinta
chabacana y llena de lugares comunes de dudoso gusto.
Pero esta película la escribe y dirige Blake Edwards, director de "Desayuno con Diamantes" y "Dias de vino y rosas".
Pero esta película la escribe y dirige Blake Edwards, director de "Desayuno con Diamantes" y "Dias de vino y rosas".
Llena de escenas entrañables donde la amistad, el humor,
el optimismo, la voluntad y el hambre pueden hacer que tu vida cambie; además "¿Víctor
o Victoria?" es pionera en el tratamiento de la homosexualidad en el cine:
con total naturalidad y, a la vez, de modo reivindicativo a través de unos
diálogos muy acertados.