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El Paciente Inglés (1996): Amores en el Desierto




Finales de la Segunda Guerra Mundial. Un hombre herido viaja en un convoy sanitario por una carretera italiana, pero su estado es tan grave que tiene que quedarse en un monasterio italiano deshabitado y semiderruido, donde se encarga de cuidarlo Hana, una enfermera canadiense.

Aunque su cuerpo está totalmente quemado a consecuencia de un accidente sufrido en África, tiene todavía ánimo para contarle a Hana la trágica historia de su vida.

Anthony Minghella dirigió una de las películas míticas de los 90. Basada en la novela homónima de Michael Ondaatje, la historia nos traslada a un monasterio que, es ocupado por cuatro personas que a pesar de pertenecer a mundos totalmente distintos entre sí, comparten el sufrimiento y el sentimiento de pérdida, derivados de la guerra.

Tenemos a Kip, un desactivador de bombas indio (Naveen Andrews); Hana, una bella y amable enfermera que ha visto cómo las balas y las bombas aniquilaban todo su mundo (Juliette Binoche); un mendigo al que le han amputado los pulgares y que busca venganza (Willem Dafoe) y un misterioso hombre que ha sufrido graves quemaduras en un accidente de avioneta en África (Ralph Fiennes).


Poco a poco van conociéndose en profundidad, hasta descubrir los motivos y las causas que los han llevado a su situación actual.

Recuerdo cuando vi "El paciente inglés" por primera vez, todo el mundo hablaba de la maravillosa obra que era y como entusiasmaba. Yo no fui una excepción, y quedé prendado de esa historia de amor de preguerra, y de esos paisajes hipnóticos del desierto.

Años después decidí verla otra vez y así recordar esa historia que tanto me había cautivado. Nuevamente me ha entusiasmado y me ha emocionado, pero debo decir que me ha resultado en algunos pasajes un poco sosa.

Así que no sé si el paso del tiempo puede que le pase un poco de factura a esta obra del cine inglés, pero esa espectacularidad no brilla con tanta fuerza como yo recordaba.

Con esto no quiero decir que no me guste. Todo lo contrario, me parece una película con una gran historia y con fuerza dramática. 

Unos personajes muy redondos llenos de matices, que te envuelven en un mundo donde la guerra es un fantasma que atormenta a todos (antes y después de que suceda).

La película no juzga a sus personajes, aunque la pasión que tienen se manifiesta, como una fuerza capaz de convertirlos en estúpidos, delatores, inmorales: en su nombre cometen actos inmundos y causan infinitos sufrimientos, a menudo de manera inconsciente o involuntaria.

Todos ellos intentan superar las convenciones sociales que los constriñen, como demuestra el bonito discurso sobre la inutilidad de conceptos como patria, etnia o nacionalidad que subyace en el interior del film. 

Los actores realizan un trabajo excepcional dando vida a esos personajes que hipnotizan. Todos ellos están fantásticos y nos regalan unas interpretaciones memorables.

En fin, se trata de una joya del cine que ha cautivado a millones de personas. Es cierto que varios años después yo he descubierto que no me parece tan obra maestra como imaginaba.

Aun así, es una muy buena película con la que uno disfruta de una historia de amor prohibido, en un momento histórico crucial para el mundo y junto a un personaje desfigurado y sin memoria. ¿Quién es realmente el paciente inglés?






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