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Un pez llamado Wanda (1988): Atracos y tópicos




Un cuarteto de atracadores ejecuta con éxito un gran golpe en la joyería Hatton Gardens de Londres. Lo malo es que sólo George, el jefe de la banda, sabe dónde están escondidas las joyas, pero ha sido encarcelado. 
Wanda, la única mujer del grupo, planea seducir a Archie, el abogado defensor de George, con la esperanza de sonsacarle el escondite del botín. 

Estamos ante una comedia que no destacará nunca como una de las mejores de la historia, pero sí como una historia blanca que no tiene segundas lecturas, con unos actores en estado de gracia y con toques absurdos y exagerados, durante la historia.


Aunque estando presentes John Cleese y Michael Palin, dos de los integrantes del célebre grupo cómico Monty Python, era de esperar. 

Es por ello, que no es del tipo de comedia que pueda hacer gracia a todo el mundo; es lo que tiene el humor inglés, que puede pasar de lo sutil a lo grotesco en cuestión de segundos, y no todos lo digieren igual.


Un robo de joyas es la excusa para desencadenar las típicas traiciones entre personajes, en una lucha de egoísmos por conseguir cada uno sus objetivos. Algo que da lugar a histriónicas situaciones en teoría efectivas, aunque no siempre, ya que la película resulta algo irregular en algunos tramos.


Por otro lado, se intenta jugar la baza del contraste cultural entre ingleses y estadounidenses: corrección frente a informalidad, aburrimiento frente a vitalidad. 

Las actuaciones, junto a los gags, son lo mejor de la película. La ventaja de reunir en su momento a dos ex-miembros de la banda cómica Monty Phyton como John Cleese (que colaboró también en el guión) o Michael Palin (inolvidable en su papel de tartamudo) se convirtió en un "tour de force" para otros actores de la talla de Kevin Kline (como excéntrico adulador de Nietzsche) o Jamie Lee Curtis (femme fatale de la función que se desinhibe sexualmente al escuchar versos en ruso e italiano). 


Esta combinación de cuatro actores, en apariencia, bastante extraña, resulta vital para el éxito de la historia, llegando a congeniar estupendamente entre ellos.


Todos los atributos y virtudes que se le adjudican a  “Un Pez Llamado Wanda”, le han llevado a ser llamada como un clásico de la comedia, una obra de culto y de gran relevancia en el cine de los ochenta por lo que al género cómico se refiere. 

Podría ser uno de los mejores ejemplos del humor inglés del que todo el mundo ha oído hablar alguna vez, pero que nadie realmente sabe acotarlo con precisión. 

De obligada visión para todo seguidor de la comedia en general, a pesar de su irregularidad, desprende un encanto y una personalidad atrayentes.





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