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Mad Max (1979): Violencia sobre el asfalto


En un futuro posnuclear, la raza humana ha sido víctima de un conflicto atómico entre las dos tribus más poderosas; y de esa guerra nuclear quedaron pocos sobrevivientes, en ciudades devastadas y con actitudes anarquistas. 

Max Rockatansky, un policía encargado de imponer la ley y el orden en una región desértica de Australia, tendrá que vérselas con una banda de desequilibrados y despiadados motociclistas, que van sembrando el pánico por las carreteras.

Película que marcó una época, y a ella le siguieron dos partes más. A uno le puede gustar o no, pero uno ha de admitir que fue una película muy original para sus años y que demuestra como si se sabe lo que se quiere conseguir, se pueden hacer grandes cosas con pocos medios.

Aunque la película es desigual y su narración es demasiado episódica (hasta el último tercio no sabes por donde va a ir la historia), no cabe duda de que tiene buenos momentos, una estética muy peculiar y, en definitiva, un estilo que te atrapa.

Por ejemplo, la banda de moteros, decadentes, extraños, locos, neuróticos, estrafalarios y malvados, tiene a la postre personalidad, lo que hace que su presencia te resulte inquietante. 

Por otro lado, ese mundo del futuro, sin artilugios tecnológicos ni demás simplezas, te resulta creíble con cuatro pinceladas. 

Es más, es hasta atractivo ya sea por la desolación que transmite.  La venganza en un marco impactante como el desierto de Australia, alejado de las grandes urbes. Se sustituyen las pistolas por las cadenas y las navajas. 

La justicia no puede frenar a los desalmados, cada vez más numerosos, en un mundo en el que la gasolina cada vez va siendo más importante por su gran escasez.

Un mundo cada vez más desértico, en el que, debido a la ausencia de esa justicia, triunfa el más fuerte y el más inteligente. 

Creo que el director George Miller logra transmitir cierta mística de lo que es la carretera, como símbolo de libertad, la independencia, como promesa del viaje, de otros mundos y otras realidades. 

Puro sabor a asfalto, tíos machos, violencia y venganzas como solo aquella época era capaz de entregar. La historia supuso el debut Mel Gibson en el cine, aunque aquí aparece soso y su interpretación deja bastante que desear. Aunque se lo perdonaré por ser su primera película.

Eso sí, la oportunidad le valió para que Hollywood pusiese sus ojos en él para un sinfín de buenas e incluso grandes películas a posteriori.


Está claro que con los años, “Mad Max” no ha envejecido muy bien, pero como buena película de serie B, en este caso envuelta en asfalto, arena y violencia, ahí reside gran parte de su encanto.




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1 comentarios:

Edu Wallace dijo...

Es cierto que se nota el envejecimiento de la cinta. Aún así reconozco y entiendo el tirón que tuvo la peli cuando se estrenó en aquella época. Escenas como cuando va Mel Gibson a ver a su compañero quemado o cuando sucede lo de su familia se mantienen en la retina aún pasando los años. A mí por eso, de las tres, la segunda es la que me gusta más. El Hummungus ese, mola XD. Un saludo!

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