Con la tecnología de Blogger.
RSS

La Tapadera (1976): El Testaferro Guionista



Howard Prince (Woody Allen), individuo poco recomendable por su falta de seriedad y su afición al juego, se ofrecerá como tapadera para que su antiguo compañero de colegio pueda, durante la caza de brujas del cejijunto senador McCarthy, seguir cociendo guiones televisivos y comiendo; todo a cambio de una pequeña comisión por entrega firmada.

Alfred Miller, el escritor, es rojete y su amigo de infancia, ahora empleado en un bar, daltónico convencido; pero las relaciones, las novias y, porqué no, ese gen de conciencia que generalmente no se desarrolla, harán que nuestro mediático, prolífico y triunfador "creador sin pluma" vaya cambiando su visión de las cosas.

La tapadera. La coartada. Lo políticamente correcto. El mirar por la mirilla con curiosidad al vecino. Toda sociedad pasa por momentos así a lo largo de su Historia, humillantes, instantes donde hay denigración en todas las esquinas.

Aunque terrible para denunciante y denunciado, no se puede condenar a un ser humano por admitir alguna complicidad tras haber sido sometido o amenazado con tortura u otros métodos de coacción. Pero, ¿qué lleva a una persona por su propio pie a levantarse y dar una lista de nombres?

Recreación de uno de los periodos políticos más oscuros de los Estados Unidos, la era MacCarthy (en la que se vieron envueltos tanto el director como el guionista del film), "La tapadera" es una evocación irónica y amarga de la famosa Caza de Brujas (centrada aquí en el mundo de la televisión) en la que miles de artistas, intelectuales, pensadores y sindicalistas de izquierdas sufrieron la persecución y el ostracismo.

Persecución bajo la acusación de ser o apoyar a comunistas y grupos subversivos, con el estudiado propósito de descubrir y eliminar a quienes criticaran el establishment o pudieran tener la capacidad de despertar la conciencia en la población.

La caza de brujas comunistas fue uno de los fenómenos más denunciados por lo mejor de la intelectualidad estadounidense. Obras teatrales como "Las brujas de Salem" ponían el dedo en la llaga, mientras que algunos de los pilares artísticos de una tierra que se proclamaba de libertades, quedaban señalados como parias y elementos subversivos. 

Martin Ritt coge un guión de Walter Bernstein para mirar con una dosis de tranquilidad uno de esos casos, usando el talento interpretativo de Woody Allen para hacer de testaferro. 

Lo cierto es que es alucinante la capacidad de Allen de hacer un personaje menos de quiebre de los que suele hacer, pero lo borda.

Aunque no parece acabar de encontrarse del todo cómodo teniendo tanta responsabilidad en una obra que no es suya. El resto del reparto raya a gran altura. 

Producida con muy bajo presupuesto y una visible escasez de medios, su autor, el director Martin Ritt, ejerció en ella una especie de venganza personal, que por extensión fue la venganza de toda una generación de hombres y mujeres de Hollywood: la venganza contra el Maccarthysmo.

No es que aquel tenebroso periodo de la historia americana, afectara tan solo a los estudios de cine y a los que trabajaban en la industria cinematográfica, pero sin duda fue en Hollywood donde cobró mas relieve aquella ola de intransigencia y de fascismo que durante unos años batió en el pecho de la sociedad norteamericana.





  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS

0 comentarios:

Publicar un comentario