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Defensa (1972): La Ley de la Supervivencia



Cuatro amigos que viven en la ciudad deciden pasar un fin de semana en los Montes Apalaches. Quieren bajar en canoa un río que atraviesa un bosque que pronto será inundado para la construcción de una presa.

Tras un encuentro traumático con dos lugareños, su travesía idílica se convertirá en una tragedia a medida que vayan descendiendo por los rápidos del río.

En lo setenta dio comienzo la explosión de exponer la violencia explícitamente, sin tapujos, películas como "Perros de paja" y "La ultima casa a la izquierda", abrieron un camino, en la que se presentaba el lado oscuro del ser humano a través de situaciones de una violencia contundente y opresiva.

Defensa de John Boorman, se puede colocar en esa categoría, donde presenta una trama sencilla, en un principio idílica, que se convierte en una autentica pesadilla.

La película es entretenida pero queda lejos de ser una obra maestra, si uno ha visto mucho cine el argumento no tiene porque resultarle muy original

El intento de reflejar esa dualidad entre la civilización y la naturaleza o la cultura y el instinto lo hemos visto centenares de veces y no sólo precisamente en obras tan alabadas como "Perros de Paja".

Boorman propone un acercamiento entre ser humano y entorno natural, y también expone a la claridad la bestialidad, las lacras de nuestra especie, y nuestra tendencia a la destrucción.

A pesar de su lentitud, y su falta de ritmo, lo mejor de la historia es la atmósfera un poco extraña e incómoda que tiene desde un primer instante, que acompaña a los protagonistas por todo el camino; rodeados de la belleza de la naturaleza y de los extraños habitantes de la zona.

Es interesante el retrato que hace Boorman sobre los lugareños, tratándolos como un elemento más del paisaje, tan salvaje y agreste como lo puedan ser los propios rápidos del río. 

Para esto Boorman utilizó actores no profesionales de la misma zona donde se desarrolla la acción, lo que le da un realismo necesario según está planteada la película.

La forma de hablar, de vestir y las malformaciones físicas que sufren algunos de ellos, quizás por una cierta endogamia en las costumbres, son elementos indispensables para dar sentido a todo ese estallido de violencia. 

Con respecto al trabajo de un reparto, del que sobresale sin ninguna duda Ned Beatty, el más implicado y creíble de todos. Le siguen Ronny Cox y Burt Reynolds, que dejan fuera del podio a un John Voight  algo ausente e inexpresivo.



En conclusión, “Defensa” deja un sabor agridulce, por un lado se disfruta de dos de las escenas más brutales e intensas de los 70, pero por otra parte si se hubieran reducido 15 o 20 minutos la película hubiera ganado muchísimos enteros. En cualquier caso, una de las películas más incómodas y curiosas del cine.





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El Exorcista (1973): La Posesión Infernal



El director William Friedkin realiza la adaptación de la novela de William Peter Blatty. Inspirada en un exorcismo real ocurrido en Washington en 1949. Regan (Linda Blair), una niña de doce años, es víctima de fenómenos paranormales como la levitación o la manifestación de una fuerza sobrehumana.

Su madre (Ellen Burstyn), aterrorizada, tras someter a su hija a múltiples análisis médicos que no ofrecen ningún resultado, acude a un sacerdote con estudios de psiquiatría.

Éste está convencido de que el mal no es físico sino espiritual, es decir, que la niña es víctima de una posesión diabólica. 

Por eso, con la ayuda de otro sacerdote, decide practicar un exorcismo.

No soy un fanático del cine de terror, pero una de mis grandes cuentas pendientes con el cine y con éste género, es lo que cuesta encontrar películas que realmente te hagan sentir miedo y no asco; como suele ser una tónica habitual en muchos filmes de hoy en día.

Esta debe ser una de las primeras películas de vocación gore del mercado; el impacto de su contenido es lo que causa y originó gran conmoción en su tiempo, supongo que es valiosa porque fue una rareza en su fecha.

Hablar de demonios y de posesiones diabólicas resultaba muy poco habitual en una sociedad como la de 1973. 

No conozco un film de terror que haya provocado tal impacto y repulsión en una sociedad que, a mi juicio (y más aquí en España donde todo revenía de puritanismo ultracatólico), aún no estaba preparada para un aluvión de obscenidades semejante.

La película fue alabada por las altas esferas eclesiásticas y el propio Papa, pero rechazada por una gran parte de indignados católicos de a pie, que probablemente ni la habían visto y criticaban de oídas. 
Algo parecido ocurrió con un film del mismo año, Jesucristo Superstar.

La verdad es que "El Exorcista" podría interpretarse como vehículo panfletario a favor de la iglesia. Pero eso no le resta interés y calidad a la obra.

Tengo que decir que pocas películas en el mundo han envejecido mal, como ésta. Probablemente sea porque ha sido tan imitada, tan parodiada, tan llevada al límite, que es imposible tomarla tan en serio, pero ni a "El exorcista" ni a ninguna de sus cientos de copias más o menos descaradas.

Con respecto a las actuaciones hay que reconocer que son increíbles, especialmente Linda Blair como niña poseída, Max Von Sydow como Padre Merrin y Jason Miller como Padre Karras. Bordan sus papeles. Chapó por ellos. El apartado técnico cumple para su época.

En resumen: suspense, intriga, sustos, imágenes subliminales…,quizás ha sido un poco sobrevalorada dentro de la historia del cine, en general.
Pero por su importancia histórica y por el miedo que sigue dando (sobre todo a algunos), “El exorcista” es un gran filme de género, que se ha visto superado por su misma fama, pero que necesariamente es muy recomendable. Hay que verla.







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Tiempos Modernos (1936): La Búsqueda de la felicidad en el Mundo Industrializado



Los comienzos del cine fueron duros y, por eso, debemos ser cautos al emitir juicios sobre estas películas. No podemos valorar el cine de principios del siglo XX con arquetipos actuales. Charles Chaplin se caracteriza por hacer cine sin fecha de caducidad, al menos para mí. Ésta historia es un buen ejemplo de ello.

"Tiempos Modernos" nos narra la historia de un obrero (Chaplin), que trabaja en una fábrica, donde se usa el modelo de producción en cadena. El ritmo de trabajo hace que el pobre obrero se vuelva medio loco y sea ingresado en un hospital. 
A partir de ahí, se verá envuelto en una serie de avatares en los que se meterá sin pretenderlo.

Al final acabará conociendo a una encantadora huérfana (Paulette Goddard), que vive prácticamente en las calles. 

Ambos, identificándose en su mutua condición de marginales y sumidos en la pobreza, continuarán juntos la batalla cotidiana para optar a un lugar digno en la sociedad.

En esta cinta se nos cuenta la deshumanización que empieza a sufrir el trabajador, cuando los capitalistas inventaron el fordismo, una manera más eficaz y eficiente de ganar dinero. 

Es una película que alerta sobre la industrialización, en la época de la Gran Depresión. Así pues, el autor reivindica la dignidad del proletariado de las ciudades industriales que eran sometidos por los empresarios.

Esta vez Chaplin ha querido utilizar en mayor medida los efectos sonoros de los que renegó en producciones anteriores, aunque aparecen en muy contadas ocasiones: el sonido de las máquinas, la voz del empresario y, sobre todo, la voz de Chaplin cantando. 

Fue una autentica temeridad que en los tiempos del sonoro, el que realizara una película casi cien por cien muda todavía.

El film entrega la última aparición del célebre personaje de Charlot, presencia fija en las anteriores películas del realizador. 

Además, es la única vez en la que se oye la voz del personaje, entonando una deliciosa canción. Chaplin, decidido a no entregarse al cine sonoro, logra a través de la pantomima una serie de gags espectaculares.

La interpretación de Chaplin es sin duda genial, sin hablar en toda la película, la inconmensurable expresividad de su rostro y los movimientos de su cuerpo valen más que mil palabras.

Considero a Paulette Goddard una aventajada a su época, su belleza y estilismo, acompañados de su naturalidad delante de la cámara sencillamente extraordinaria, hacen que esté en mi opinión por encima de las actrices de aquella época.

Por sacar defectos de esta, diría que adolece de lo mismo que todas las películas mudas de humor: sucesión de escenas como sketches que parecen desconectadas de la trama, y excesiva simplicidad a la hora de desarrollar el tema, en este caso, el del mundo laboral. Ya que aunque se hacen críticas, no llegan a ser ni tan profundas ni tan hirientes.

Simplemente...Charles Chaplin. Nos seduce ahora con una historia real; nunca un humor de hace más de 70 años tuvo tanto sentido en la actualidad.

Aún causa el impacto de saber que el mundo sigue mecanizado, un sistema que para nada tiene en cuenta al ser humano. 

El tiempo nos atrapó, pero más que ello las tecnologías y, en las que si bien son un alivio para las sociedades, en cierta medida también son su cárcel.

La película entre sus argumentos, evidencia la lucha por sobrevivir, en medio de un ambiente de carencias.

Lo cual sirve de ejemplo a todas las personas que se encuentran en esta situación, para que no decaigan y se mantengan firmes en sus sueños, hasta concretarlos; a pesar de las adversidades y obstáculos que se puedan presentar en el camino. 

A veces los silencios dicen más que las palabras, y en este caso, es algo acertado. Esta pelicula muda enternece, emociona, divierte e inspira.







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En el Estanque Dorado (1981): Saber Envejecer



Un conmovedor e inspirado retrato acerca de la vejez y sus consecuencias sobre el espíritu, interpretado por una pareja de actores en estado de gracia aunque un poco cursi por momentos.

Un matrimonio de edad avanzada, Norman y Ethel (Henry Fonda y Katherine Hepburn), pasan sus vacaciones en un hermoso lugar llamado el Estanque Dorado. Norman, que siempre ha sido una persona capaz y activa.

Tolera mal los impedimentos que le supone ser ya una persona de edad avanzada, con un proceso de demencia incipiente pero evidente. 

Su mujer trata de restar importancia a estas pequeñas contrariedades, apoyando y ayudando en todo momento a su esposo.

En un momento dado, de manera inesperada aparece Chelsea (Jane Fonda), la hija de los Tayler, con su nueva pareja, quienes además traen con ellos a un adolescente que entablará con el anciano una relación muy particular, debido al choque generacional que se produce entre ambos.

Pronto fruto de una “convivencia forzada” para nada fácil se irá dando un aprendizaje mutuo entre el anciano y el adolescente, donde el octogenario irá “rejuveneciendo” y el adolescente irá madurando, ya que cada uno aportará su forma de ser para contribuir en el otro.
Es un filme que muestra el temor inconsciente que sienten las personas mayores a la muerte, la cual los acecha en cada paso que dan. 

Es también una película que muestra en cierta forma la disfuncionalidad de una familia en lo que se refiere al trato entre el padre y su hija, el cual estuvo siempre marcado por la aspereza que genera el trato despectivo, la filosofía de vida pesimista, el autoritarismo, el malhumor y la agresividad constante en la forma de hablar.

El estanque dorado es una película entrañable, realizada en un entorno que sin ser demasiado espectacular invita a vivir en ese lago, en esa casa, en ese entorno, sin duda, el lugar hace mucho, la ambientación es maravillosa.

Hablar de las actuaciones es decir que tanto Katharine Hepburn como Henry Fonda logran dar vida a una pareja de ancianos en forma sobria y realista, lo normal para dos actores con mucha experiencia y aplomo a la hora de los registros dramáticos. 
Jane Fonda sale bellísima como siempre, aunque en un papel muy secundario.

Creo que esta película pretende darnos a entender que hay esperanzas de que los ancianos, los de mediana edad y los jovencitos logren percatarse de que no pertenecen a mundos tan distantes. 

Considero que los autores han dejado de profundizar con realismo en las relaciones personales porque lo que realmente quieren es poner luz a un conflicto generacional bastante abstracto.


En la película se observa como con un poco de convivencia se reducen a polvo barreras que en un comienzo parecían infranqueables. 
Se nos intenta decir que los ancianos son seres que sufren y padecen (un mensaje que se echa de menos en la actualidad) y que saben más de nosotros de lo que creemos.

Muchos la califican de burdo telefilm, de dramón televisivo. Es cierto que la parte dramática es tan intensa que puede hacer aflorar los prejuicios de algunos pero son solo eso: prejuicios. Así que si tu, amigo/a lector de este blog los tienes, sacúdetelos y disfruta de ésta historia.





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MatchPoint (2005): El Azar y el Flujo de las decisiones



Tuvo que ser en Londres y no en Nueva York, y tuvo que ser en un drama con toques de thriller y no en una comedia, donde Woody Allen creara una de sus mejores últimas películas.

La historia de un "trepa" dispuesto a todo por mejorar social y económicamente. Hasta aquí nada nuevo, pero la forma de contarlo, los giros en la trama y las buenas interpretaciones sí que hacen a ésta una película excepcional, dentro de su filmografía.

Christopher Wilton (J.R Meyers) es un joven irlandés de origen humilde, ex-jugador profesional de tenis y que ahora se dedica a dar clases de tenis, en un prestigioso y exclusivista Club de Londres.

Un día, su alumno Tom Hewet (Matthew Goode), un niño bien, hijo de un prestigioso empresario de las finanzas londinenses, le invita a pasar un rato en su lujosa casa en compañía de su familia. 

Allí conoce a la hermana de Tom, Chloe (Emily Mortimer) con quien entablará una relación de pareja.

El problema es que la novia actual de su cuñado Tom, Nola Rice (S. Johansson), le inspira un arrasador sentimiento de deseo pasional.

Pasado un tiempo Tom rompe con Nola y Chris se decide a llevar una doble vida con Nola, ya que está casado con Chloe y esperando  un hijo.

Chris es la suerte en estado puro. Sin embargo, se encuentra con un dilema: ¿Sacrificar su posición social a costa de la mujer a la que desea? Difícil elección, sobre todo si sólo la desea...

Allen nos hace notar innumerables conductas humanas de hoy en día, manifestadas en Chris: la ambición desmedida de todo tipo (económica, social y sexual) y la necesidad de escalar alto; la importancia del dinero y el status y la inconformidad y la hipocresía humana.

Se agradece volver a ver ese otro lado oscuro del cinismo del director: lejos de las bromas y los juegos de palabras inteligentes pero amables de sus otras películas, encontramos su cinismo agrio y egoísta.

Muy eficiente dirección de actores, como es habitual en todos los trabajos de Allen, que hace que estos sobresalgan en sus papeles dando todo de lo que son capaces.

Reconocimiento especial merecen tanto la interpretación de Jonathan Rhys Meyer como la magnífica sensualidad de Scarlett Johansson.

Aunque pienso que con respecto a ella, tal vez parece un poco sobreactuada en el tono de "femme fatale" que se le imprime a su personaje; creo que se le pudo haber dado más frescura y naturalidad, a su interpretación.

La banda sonora, toda basada en ópera, es sofisticada y muy adecuada para el tono del film, dándole un toque clásico y distinguido. 

A pesar de ser una película de diálogo y no de acción, no se hace lenta y la duración de cada escena es la justa... ni más, ni menos.

Es una historia muy sencilla pero hay que saberla contar bien y Woody lo ha sabido hacer perfectamente.

Sería como la vida misma, salvando el despliegue de riquezas y esnobismo que marca el auténtico punto de referencia de la película: hasta dónde hay que llegar para tener todo lo que quieres.








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