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La Duda (2008): Una Cuestión de fe


Nos encontramos con la adaptación que su propio autor, John Patrick Shanley, ha hecho de su obra de teatro, para la gran pantalla.
 

De no ser por las pocas escenas que transcurren en exteriores, parecería que el texto se ha filmado exactamente como transcurriría sobre un escenario. 
Prima por tanto la palabra y las interpretaciones de los actores, sobre los demás recursos cinematográficos.

Estamos en 1964, en un momento importante de cambios, en un país que todavía padece las secuelas del asesinato de Kennedy; al mismo tiempo que el Vaticano está empezando a renovarse, y los primeros piedras de la segregación racial, están comenzando a derribarse. 

En un momento crucial, lleno de cambios, posibilidades pero también de incertidumbres acerca del futuro.

En este contexto, una joven novicia (Amy Adams) observa algo sospechoso entre un joven alumno de color y el padre Flynn (Phillip Seymour Hoffman). 

Inmediatamente se lo comunica a su superiora, la hermana Aloysius (Meryl Streep), quien sin tener ninguna prueba atacará directamente al acusado.

La trama pone énfasis en como la estupidez humana y su ignorancia puede levantar todo tipo de conflictos sin sentido.  

Al director de la cinta, no le importa tanto si el hecho es verdad o no, como retratar las reacciones que tiene la mera posibilidad de que haya sucedido.

Para ello retrata con mucha ambigüedad a los dos principales personajes que nos presenta contrapuestos: La hermana Aloysius representa desde el principio la rectitud de las normas y de los principios religiosos tradicionales. 
Por ello viene a representar la parte inmovilista y más carca de la Iglesia.


Por su parte del padre Flynn parece ser la representación de los nuevos tiempos, con un talente más moderno, menos estático y por ello algo más tolerante. Sin embargo, el director consigue que veamos diversos matices en ambos personajes.

Aunque inicialmente podamos alinearnos con la hermana Aloysius, su terquedad y su inmovilismo hace que nos acabe pareciendo odiosa (reforzado por su atuendo oscuro y claramente antiguo a nuestros ojos).

Pero también dudamos del padre Flynn, ya que parece rodearle una cierta oscuridad en su figura y sobretodo en su pasado como se parece insinuar. 

El juego argumental consiste. en que el espectador no sepa con certeza a quien creer y de que lado posicionarse.


El punto fuerte de la película es, sin duda, las cuatro interpretaciones principales: una grandiosa Meryl Streep, un impecable Phillip Seymour Hoffman, una dulce Amy Adams y una estremecedora Viola Davis en el papel de madre sufridora.


A partir de un tema tan deleznable como es de los abusos a menores por parte del clero, Shanley propone una inteligente reflexión sobre la fe y sobre la fragilidad de nuestras convicciones y creencias, no solamente en el campo religioso, haciéndolo con sensibilidad, y huyendo del tratamiento escandaloso y sensacionalista que podría temerse en estos casos.




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