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Kill Bill 1 Y 2 (2003-2004): La Venganza como espectáculo



"El día de su boda, una asesina profesional (Uma Thurman), sufre el ataque de algunos miembros de su propia banda, que obedecen las órdenes de Bill (David Carradine), el jefe de la organización criminal. Logra sobrevivir al ataque, aunque queda en coma. Cuatro años después despierta dominada por un gran deseo de venganza".

Quentin Tarantino es un tío diferente que se atreve a hacer cosas que si los directores convencionales intentasen, probablemente no sabrían como hacerlas o caerían en el más estrepitoso ridículo.

Nada más que por eso, por exponerse al bochorno público y a que no todo el mundo entienda su obra, ésta ya es digna de aplauso. 

Pues el estilo propio construido cuidadosamente obra tras obra, estalla aquí de forma brutal, como homenaje a todos aquellos clásicos de la exageración; mayoritariamente cintas de artes marciales como las de Bruce Lee.

Partiendo de esta base, la sed de venganza de la mamba negra es un apabullante espectáculo visual, una película- homenaje al manga, rodada con personas de carne y hueso, en el que la exageración en forma de sangre a chorro como aspersores, es lo que estamos esperando ver para disfrutar y agradecer.

Tarantino consigue, una vez más, transformar una sencilla idea en toda una compleja obra cinematográfica. Kill Bill no es una película para el recuerdo, ni un drama que hará que te salten las lágrimas, es sencillamente toda una exhibición, donde el director bebe de muchas fuentes para crear un cine peculiar y violento donde el espectáculo prima.

Es una lástima que mucha gente no la vea como una interesante película, sólo porque le dan importancia a las escenas sangrientas y no se fijan en el trasfondo (más apreciable en el segundo volumen eso sí)

Con respecto a “Kill Bill Volumen 2”, lo cierto es que llamar a esto segunda parte es un poco erróneo, ya que es la misma historia de la primera pero continuándola.

"Después de haber matado a dos de sus antiguos compañeros, Beatrix Kiddo regresa para vengarse de Elle Driver (Daryl Hannah), Bud (Michael Madsen) y finalmente, de Bill (David Carradine), su antiguo jefe principal ejecutor de lo sucedido el día de su boda"

Esta segunda entrega tiene menos acción y más thriller y diálogo, lo que creo que es un acierto. En este volumen, Tarantino se centra en los personajes, se toma su tiempo para dar cabida a numerosos diálogos banales, alarga las secuencias (lo que es algo tedioso), la acción pura y dura ya no resulta estelar, incluye menos notas cómicas, menos exageración y delirio general.

Aquí el guión se centra en el personaje de Bill, mantenido a propósito en la sombra en la película anterior. La autoparodia de David Carradine tiene su gracia y el personaje del maestro de kung-fu Pai-Mei, es puramente caricaturesco.

En esta parte se intenta dar algunos datos sobre los personajes que justifiquen, minimamente al menos, su actuación; además de resolver las incógnitas pendientes en la anterior película.

Esta segunda parte de "Kill Bill" es mucho más reposada y mucho menos transgresora y radical que su predecesora. 

Olvida su estética propia de videoclip para una estructura narrativa y visual más clásica y más cercana al western crepuscular de Ford, Peckinpah o Clint Eastwood.

Aunque se dice que la primera es mejor o incluso al revés, no lo veo así; ambas forman un todo, son la misma película, por tanto el valor de ambos debe ser igual.

No se si es una obra maestra, el tiempo lo dirá, pero Kill Bill, (los 2 volúmenes), es ya un clásico de principios de siglo. Una historia que además no dejará indiferente a nadie.



                                                                                                                       



















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