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Memento (2000): ¿Eres capaz de recordar tu pasado?


Leonard "Lenny" (Guy Pearce) es un hombre con problemas de memoria (no retiene recuerdos nuevos más allá de dos minutos), por lo que no se acuerda de lo que hizo ayer y tampoco de lo que hizo hace cinco minutos.

Tiene un cuidado sistema basado en tatuajes, fotos y escritos para saber de quien puede fiarse y de quien no. Su objetivo en la vida no es otro que vengar la muerte de su esposa a cargo de un tal John. G.

Lenny solo recuerda todo lo que le pasó antes de caer preso de su extraña enfermedad, recuerda que era investigador de seguros y que uno de sus casos fue el de un tal Sam, que tenía la misma enfermedad que él, y que terminó matando a su mujer,ya que está le puso a prueba al no creer que verdaderamente Sam tuviera esa enfermedad tan rara.

Memento, es una película engañosa, como sus protagonistas, como su reflexión final.

El film comienza con el final de la verdadera historia; la primera escena nos da la pista de que es una historia que está contada hacia atrás.

La verdadera historia comienza al mismo tiempo que empieza la visión en blanco y negro, y se engancha con la visión en color que empieza desde el final, hacia el principio del film.

Lo realmente llamativo de Memento, es que tras una historia a simple vista sencilla, se esconde un rompecabezas inteligente, creado por el propio protagonista y su amnesia que, como el espectador, no encuentra un orden exacto para estructurar y entender su evolución.

Quizás este aspecto es el más llamativo del film, aparte de la curiosa manera del protagonista para generar recuerdos: se tatúa en el cuerpo pistas y hechos que le ayudarán a encontrar al asesino de su mujer; así como fotografías que modificarán sus pensamientos a la hora de actuar y recordar.

La labor en la interpretación del actor británico Guy Pearce como Lenny es perfecta, componiendo un personaje creíble, no exento de glamour y de atractivo físico.

Transmite esa horrible discapacidad de su rol, al que sólo le mueve un único objetivo, la venganza. Tampoco debemos desdeñar el trabajo de Carrie-Ann Moss, Joe Pantoliano y, sobre todo, Stephen Tobolowsky, quien encarna a Sammy, una de las "anclas" que tiene el protagonista para no perderse en la locura de la desmemoria.

Si fuese una película estándar y todo estuviese ordenado, sería una película del montón sobre personas que se aprovechan de personas.

Lo interesante de Memento es que los flash-back pueden contarte tanto o menos que cualquier otra escena de la película.

Nolan se aprovecha de esto para que el espectador pueda recoger un poco de información en cada salto temporal.

Con un orden normal, enseguida se sabría de qué pie cojea cada uno. Y desde luego eso no interesa. Ni a Nolan ni a los que hemos disfrutado de Memento.

El problema de “Memento” es que, como todo juego cinematográfico, necesita de la participación del espectador.

Pero por su complejo planteamiento narrativo (vista por segunda vez la complicación decae). Se trata de un juego para iniciados, con un mínimo nivel.

De ahí que tienda a funcionar tan bien entre espectadores con una cierta cultura cinematográfica, que muchas veces es pura pose, y sea tan denostada por aquellas personas, que a la hora de ver una película no se plantean nada que no sea pasar un rato entretenido, un momento de evasión.

Desde luego, merece la pena, pero requiere un esfuerzo que mucha gente no está dispuesta a realizar.











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