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El Color Púrpura (1985): El Color Del Dolor


 
Correcto melodrama basado en la novela de Alice Walker y dirigido por Steven Spielberg, cosa muy inusual en él. Cuando por fin Spielberg ya se había encasillado en producciones de cine puramente comercial, aunque no por ello exentos de calidad, el cineasta quiso explorar nuevos caminos de la profesión y se atrevió con el drama.

Su primera incursión en el género no podía ser más buena; ‘The Color Purple’ nos narra una historia sobre el racismo, el machismo y el maltrato a las mujeres por parte de los hombres, en una sociedad americana que daba sus últimos coletazos de racismo indiscriminado, tras la liberación de los esclavos.

El color púrpura es una película de sentimientos, la vida de una mujer maltratada y falta de afecto (Whoopi Goldberg), obligada a separarse de su hermana, violada por su padre, maltratada por su marido... que asume su destino con resignación hasta que otras personas le enseñan a valorarse, a quererse y a creer en sí misma.

Este largo proceso de toma de conciencia y superación por parte de una mujer maltratada brutalmente por la vida, constituye un espectáculo íntimo y delicado que llena de satisfacción al verlo.


Para lograr transmitirnos todo eso el director tiene que contar una historia sacando afuera el lado visceral de los personajes, sus sentimientos, y logra conmover muchas veces.
Spielberg nos regala algunas escenas que dejan un nudo en la garganta por las tremendas injusticias y falta de libertades que se vivía en aquella época y lugar (estado de Tennessee en los años 20 y 30).

Pese a que se hace una denuncia a los prejuicios raciales, la mayor apología del film es la defensa de la dignidad humana, no solo por el color de la piel, sino por el sexo. Pues Glover explota y somete a su voluntad al personaje de Goldberg teniendo en cuenta que provienen de raíces muy parecidas.

Sentimentalismos aparte, posee una calidad visual impresionante y es un relato sentido y emotivo. Si en películas posteriores sus buenas intenciones quedaban desinfladas por detalles pueriles y de poco peso, aquí logra traspasar todas sus limitaciones.

Whoopi Goldberg, acostumbrados a verla en contínuos papeles cómicos, sorprende por su nivel de implicación en su personaje, ya que es seguramente el más drámatico y serio de su carrera.

De Danny Glover poco se puede decir, está perfecto, y su registro en el film es muy diferente al de otros de sus trabajos, por lo que el interés es bastante elevado.

Lástima que no se tire de épica y a veces da la sensación de que la cinta se estanca.

Suerte que cuando esto pasa, la historia y los personajes evolucionan en el tiempo y eso le da todas las alas al guión, porque si no la película podría haberse hecho muy cuesta arriba.

Otro pequeño lastre que veo es, que se excede en muchas ocasiones en el llanto fácil y, tal vez por eso, no llega a calar en el espectador como una de las grandes cintas del cine. Spielberg comete el error que cometerá casi siempre en sus obras "serias": demasiado sensibleras a veces, y en el fondo, siempre políticamente correctísimas.

El resultado final es una película sencilla, con un mensaje de lo más noble y humano llevado a cabo con unos métodos muy similares a los mismos valores que trata de transmitir.





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