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El Guateque (1968): Una Fiesta Inolvidable




Uno de los clásicos de la comedia, la prueba de la buena combinación de la pareja Edwards-Sellers. El guateque resulta una de las mejores comedias de la historia y supuso un nuevo éxito a las respectivas filmografías de Sellers y Edwards, aumentando de esta manera la leyenda del actor.

La trama arranca con un simple malentendido, una invitación equivocada a la fiesta de un productor importante, por parte de unos esnobs integrados californianos, a un pobre actor hindú de reparto recientemente despedido, que sin embargo hará todo lo que esté en su mano para integrarse como uno más... con hilarantes resultados. Nadie sabe qué hace allí, ni siquiera él mismo aunque se lo pasa genial. 


Peter Sellers hace un papel memorable de gafe, el personaje cómico por excelencia, un actor de segunda clase que por un malentendido se hace pasar involuntariamente por quien no es.
Mucho se ha hablado de que si "El guateque" es una obra sobrevalorada o si el paso de los años ha hecho mella en ella. Yo no estoy de acuerdo ni con una cosa ni con la otra. Cuando la vi por primera vez me gustó tanto que rápidamente la consideré un clásico de la comedia.

La situación que aquí se plantea, esa fiesta surrealista, es graciosa en 1968, hoy y dentro de 50 años. Es una historia que empieza a desarrollarse lentamente y que va aumentando el ritmo poco a poco hasta llegar al final donde se crea un clímax absolutamente maravilloso.


Aparte de ser divertida y satírica con su propio mundo (pone a caer de un burro a los que manejan el cotarro en hollywood), social (presenta dos formas de vivir, la poderosa y la obrera... para mi gusto gana la obrera) es una película tierna pero no ñoña ni cursi.

Desarrolla un humor sencillo, directo y visual. La cinta se transforma en una sucesión de enredos, idas y vueltas que resultan divertidas y ocurrentes manteniendo con una sonrisa al espectador, a pesar de sufrir algunos altibajos, haciéndose algo lenta en algunos momentos, todo hay que decirlo.

El guateque es una película original, en un año muy movido. 1968 como sabemos, fue el epicentro de las revoluciones culturales, juveniles y de trascendencia de los valores tradicionales y en cierta manera, eso se ve reflejado en la película. El humor de esta película es muy posible que no les guste a los más jóvenes... ¿por qué? Bueno... Un gran porcentaje del cine de humor americano se basa en sexo, violencia. En fiestas (al igual que esta película) pero a lo bestia.
Se descubre cómo el cine de humor ha perdido la gracia, si comparamos esta película con cualquiera de "Parties" yankies como American Pie y las millones de copias posteriores...


Me veo en la obligación de resaltar un par de cosas, aunque el guión es lo menos destacable, me gustaría proponer que cualquiera escribiera un guión de una comedia, que intentara ser tan coherente como es el de esta película y que merezca la pena leerlo o ver la posible peli por algo más que por la risa...

Señores, ¿quién les ha contado que un buen guión es el que cuenta cosas sorprendentes y pasan un montón de cosas en poco tiempo y tiene un final sorprendente...?. No necesitas complicarte mucho para hacer reir. No hace falta ir de subversivo ni querer ser el más original...Un trompazo bien dado nos sigue haciendo gracia a todos, por muchos tipos de trompazos que hayamos visto...y Blake Edwards lo sabe.



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American Pop (1981): Una "animada" historia de la música en américa


Zalmie, un judío ruso emigra a América donde intenta abrirse camino como músico y cómico en un espectáculo de vaudeville, hasta que las heridas sufridas durante la I Guerra Munidal acaban con su carrera como cantante. Su hijo Benny hereda su pasión por la música. Ya de adulto, Benny se une a una banda de jazz como pianista, pero su carrera se trunca cuando muere luchando en la II Guerra Mundial.

Tonny, el hijo de Benny, lleva también en la sangre la música y está a dispuesto a dejar su impronta como escritor de canciones. Se integra además en un grupo de poetas y músicos de San Francisco y más tarde entra a formar parte de una banda pionera en la psicodelia. En este tiempo, se convierte en padre de un hijo ilegítimo Pete, al que, ya en Nueva York ampara y cuida, sin llegar a saber que es su verdadero padre.
Tras la muerte de Tonny, Pete se refugia en las drogas mientras lucha por lograr su sueño de convertirse en una auténtica estrella del rock.


Ralph Bakshi saltó a la fama por ser el animador que empezó a crear peliculas animadas con contenidos adultos, llenas de humor negro y personajes fuera de lo común, como el gato Fritz (1971). En cierto modo, la personalidad artística de Bakshi, por geografía y momento histórico, pertenece a la contracultura más feroz que ha existido en Estados Unidos en el siglo XX, y sus esfuerzos narrativos tratan de hacerle justicia a esa herencia.
Es otro de esos directores americanos que divide opiniones ya que está considerado la versión oscura de Disney y no sin motivo. Viendo "Fritz, the Cat" queda bastante claro el tipo de obras que le gustan, y con "American Pop" se suma otro tanto a su favor.
Arriesgadísima pero muy bien resuelta, se trata de una historia, adoptando un formato documental, intenta retratar la música popular americana a través de la historia de cuatro sucesivas generaciones de una misma familia judía de origen ruso, que avanza por el siglo XX (desde 1900 hasta 1980), cada una viéndose influenciada por un tipo de música concreto.
Una idea inabarcable para sus menos de dos horas aunque de unos resultados encomiables.
Estamos ante un tremendo e inabordable recorrido tanto a nivel musical como histórico, desde el cabaret con homenajes al arte de Toulouse-Lautrec o Degas, pasando por el vodevil, el music-hall, la ley seca y los gánsteres, las 2 Guerras Mundiales, el swing, los hippies, Vietnam, el glam…
Desde jazz, hasta reggae, pasando por hiphop, rock'n roll o algo más melódico, con personajes que recuerdan a cantantes reales, la película es profunda, analiza desde la óptica de la música la situación de los Estados Unidos durante todos esos años y lo hace sin aburrir.

Es una lección de historia, recurriendo a tópicos, eso sí, pero una lección muy entretenida e informativa. Para qué hablar ya de la animación, que se adelantaba a su época, siendo -que yo sepa- la primera película hecha con rotoscopia.
El rotoscopio consiste en filmar las escenas con actores reales y luego proyectarlos en la mesa de luz para calcar sus movimientos.
Esto permite que los personajes de esta película se muevan de manera natural y la intervención del animador es mínima, pues solo se limita a “limpiar” ciertos cuadros de la pelicula que están de más o a simplificar un poco los movimientos retirando algún cuadro reiterativo de movimiento, pero realmente no se trata de una animación tal cual se le conoce por definición.
Quizás comparativamente hablando, lo que uno busca en una pelicula animada es precisamente no encontrarse con los movimientos “normales” de la gente, sino la recreación y la fantasía. Es decir, el hecho mismo de que un personaje se moviera como un “humano” en animación, rompía la ilusión y los supuestos del género.

La banda sonora es, como no podía ser de otra forma, realmente buena. Musicalmente hay de todo, Cole Porter, Charlie Parker, Bob Dylan, Mamas and the Papas, los Doors, Hendrix,, la Velvet (genial la visualización de “I’m Waiting for The Man”), y tantos otros…
Como global: una cinta necesaria, bien plasmada, que no se convierte en una Obra Maestra, pero que los amantes de los musicales o la historia de los Estados Unidos, deben ver. Los amantes de la animación, pues también deberían verla. Merece la pena, sin duda alguna.




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La Carrera del Siglo (1965): Los Autos Locos




Blake Edwards vuelve a presentar una comedia sencillamente indispensable. Cogiendo los elementos del humor más clásico, trenza una historia que viaja de tópico a tópico, homenajeando a los pioneros del automóvil, con personajes aun más tópicos de las películas mudas... Por tener, tuvo hasta influencia en los dibujos animados, dando lugar a la famosa serie de dibujos de la productora Hannah-Barbera "Los autos locos".

Edwards, entre otras cosas, revisa con su especial sentido del humor grandes clásicos como "La vuelta al mundo en 80 días" o "El prisionero de Zenda", dando como fruto esta hilarante carrera a lo largo del mundo ambientada a principios del siglo pasado. Verdaderamente me sorprende como hace más de 40 años, con menos medios de los que se disponen a día de hoy... se hicieran estas maravillas.

Parodiando los grandes logros de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el progreso y la ciencia parecían no tener límite, la película se basa en la primera gran competición de automóviles que dio la vuelta al mundo, con salida en la ciudad de Nueva York y final en París. Con la carrera como telón de fondo los protagonistas corren todo tipo de aventuras y se ven inmersos en las más disparatadas situaciones a cual más divertida,

Entre los participantes encontramos a dos grandes rivales, Leslie Gallant, conocido como El gran Leslie (Tony Curtis), un auténtico caballero, un dandy apuesto y aventurero capaz de las más increíbles hazañas y adorado por el público, y el profesor Fate (Jack Lemmon) un inventor celoso del éxito de un rival a cuya sombra se ve obligado a vivir, sempiterno malhumorado, al que el público jamás reconoce ningún mérito.

Con cada uno de los protagonistas encontramos a dos fieles ayudantes, el buenazo y poderoso Hezekia (Keenan Wynn) inseparable compañero del Gran Leslie y Max (Peter Falk) el indispensable colaborador del malvado Fate. Entre unos y otros una bellísima y espléndida Natalie Woods que interpreta a Maggie Dubois, una periodista encargada de cubrir la competición en vivo y que se debatirá entre su trabajo, la falta de escrúpulos y una creciente atracción por Leslie.

Jack Lemmon (en un papel grotesco) y Peter Falk se llevan la palma, ya que están soberbios en sus papeles de villano y secuaz respectivamente en contraprestación del galán Tony Curtis (en un papel que le va como anillo al dedo), que incluso siendo su principal rival en la carrera, saca tiempo para cortejar a la bella Natalie Wood. Y luego claro, está Natalie Wood, que al igual que Audrey Hepburn, fue inmortalizada cantando con una simple guitarra y elevada a mito de bella entre las bellas.

La película no defraudará a ningún espectador que la contemple sabiendo que va a ver una película clásica (por la que no pasan los años) y con guión típico de un cómic (las escenas de la pelea de tartas o la parodia del western, son buenos ejemplos). 

Sin embargo, aún con la mejor voluntad es difícil mantener el ritmo (y más para una comedia) en dos horas y media de duración que tiene en total.

La película, logró el óscar a los mejores efectos de sonido, siendo además nominada a la mejor fotografía en color, sonido, canción (The sweet heart tree) y montaje.

Pero a pesar de estos galardones, "La carrera del siglo" fue un fracaso comercial, pues su coste de producción, alcanzó la escalofriante cifra de doce millones de dólares, que no se lograron recaudar en taquilla.

Los autos de la carrera son totalmente originales (construidos desde cero para el film); la reconstrucción de época es impecable; los exteriores son fabulosos y uno supone lo que habrá costado armar un París lleno de autos antiguos (y gente ataviada a la época) para una fracción de segundos de una toma. Si bien hay momentos en que el film tiene lugar en estudios, no deja de ser una producción inmensa.

Tal vez un metraje más proporcionado, algún ajuste en el guión y un final más acorde que enlazara con la línea de la película hubieran hecho de esta carrera una cinta maestra, pero Edwards justo en los finales (casi todos) se perdía un poco por querer hacerlos tan sonados y exagerados.

No es un film maravilloso, es un film entretenido que consigue lo que pretende: justamente entretener, con unos actores conocedores de su oficio y de una profesionalidad más que demostrada.





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Teléfono Rojo, volamos hacia Moscú (1964): La Paranoia de la guerra fría.

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 Década de los 60. Guerra fría. ¿Qué pasaría si accidentalmente se ordenase un ataque nuclear sobre Rusia? Se supone que esa orden tan solo está al alcance del presidente estadounidense, sin embargo un demente general se las apaña para hacerlo de manera que sea prácticamente imposible parar la orden del ataque, debido a un sistema de aislamiento en la comunicación con los bombarderos.

Por un lado su ayudante intenta conseguir el código para parar la hecatombe y por otro el presidente avisa a los rusos de lo que se les viene encima. Para colmo un ataque a cualquier punto vital soviético desencadenará una respuesta de éstos con la bomba definitiva, que expondrá a la humanidad a su total aniquilación.

Partiendo de una idea escandalosa, en el mejor de los sentidos, se desarrolla una trama completamente inverosímil pero no por ello menos real, conducida de forma óptima por el director Stanley Kubrick. Muchas de sus escenas y personajes son, simplemente, memorables. 

El meollo de la sátira está en unos militares enloquecidos, unos políticos incapaces y un científico ortopédico, todos ellos americanos.


La comedia antibelicista era la única manera de abordar este asunto por el simple hecho de que las dos superpotencias más grandes del planeta no podían entrar de lleno en una guerra nuclear si querían sobrevivir.

El film destaca por las actuaciones de sus estrellas esterales, en especial Peter Sellers, con un triple papel (presidente de los Estados Unidos, capitan Mandrake y Dr. Strangelove). Inolvidable resulta su personaje de Dr. Strangelove, un asesor presidencial parapléjico que no puede controlar su brazo derecho y con un sentimiento nazista.

Los desternillantes diálogos encierran una ácida crítica a la vergonzosa situación que mantuvo en vilo a todo el plantea durante más de cuatro décadas. 

La película es muy crítica respecto de los militares estadounidenses, y nos revela lo que casi ocurría con el Mundo si un militar yankee se volvía más loco de lo que estaba, además se ridiculiza tanto el frente soviético como el americano; ambos no pueden escapar de las garras del ridículo.


Pienso que lo más valorable es el tratamiento de una situación seria con connotaciones catastróficas abordada desde el humor negro y la sátira. 

Ello combina muy bien en el filme y por lo tanto a medida que nos adentramos en él, vemos cómo esos elementos se combinan muy bien para dar lugar a un filme con contenido serio pero con condimentos humorísticos.

El humor y la comicidad del film no se debe tanto por el trágico y brutal desarrollo de los acontecimientos, sino por la descripción caricaturesca y exagerada de los personajes.

Como puntos negativos, si bien las interpretaciones y la realización destacan, la historia, el guión y su desarrollo no me convencieron en absoluto. 

El histrionismo de los personajes, que muchos tildarán de "genial", se convierte en redundante, y la repetitiva caricatura del conflicto nuclear es demasiado... ¿obvia?


Una buena propuesta donde el director nos quiere hacer reflexionar de manera amena sobre un peligro del cual creo que no estaremos exentos nunca: el estallido de una catastrófica guerra atómica. 

Tema que daba miedo en esa época, aunque Kubrick quiso aplacar los miedos de un verdadero desastre y al parecer lo consiguió.


De todos modos, pienso que estamos ante un tema atemporal, o alguien puede decirme que no existe esa posibilidad?.




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La vida de Brian (1979): Nunca la religión fue tan divertida




La calurosa aceptación que han tenido (por parte del público) los Monty Phyton a lo largo de su dilatada carrera, tanto en TV como en Cine, es un hecho que nunca dejará de sorprenderme, y eso que yo me considero también un fan acérrimo de este “grupete” de amigos, que más se asemeja a una “troupe” de circo, que a unos cómicos con formación. 
En el caso de "La vida de Brian", estamos ante una brillante sátira que retrata de forma desternillante la Judea romana durante la época de Jesucristo. 
La mayor parte de su fama y su prestigio se basa en su sentido paródico, su acidez y su empeño en ser políticamente incorrecta. ¿Humor de parvulario? ¿Queda tan mal y tan zafio como puedas? 


Eso y algo más: inteligencia e invitación a la recepción. Nada se mete con calzador, ni es particularmente intercambiable, y eso se agradece. Casi todos los chistes se basan su gracia en el desprestigio del prójimo.
Brian nace en un pesebre de Judea casi al mismo tiempo que Jesucristo. Debido a esta coincidencia, los Reyes Magos se equivocan y creen que ese niño es el Mesías prometido, pero muy pronto se dan cuenta de su error.


La película se mueve ágilmente gracias a unos fantásticos gags que te sacarán una carcajada aunque sea con alicates, pero que no se limitan a meros episodios de humor absurdo e intrascendente, sino que nos regalan brillantes críticas hacia distintos aspectos de la sociedad. 


Sí, es cierto que recurre mucho al humor estúpido y absurdo, pero también lo es que gracias a él logra sacarte algunas sonrisas e incluso carcajadas. 


No obstante, en ocasiones resulta demasiado exagerada, y muchas de sus bromas te dejan un poco con cara de... ¿Esto qué es? Su único punto flaco es la falta de originalidad que trae consigo el sostenerse sobre un tema tan popular.
De todas formas Brian no representa a Jesús, como mucha gente ha llegado a pensar. El propio Jesús sale al principio con las bienaventuranzas, y ya no vuelve a aparecer en toda la película. Brian solo es un hombre más que vive en un pueblo ocupado por un imperio, un hombre que ansia libertad y quiere luchar contra el statu quo.


La vida de Brian crítica la necesidad que tiene el ser humano por creer en un salvador que represente unas normas divinas que den explicación a la sucesión de acontecimientos, critica la fe del hombre, no a los cristianos, ni a Jesús, ¿Por qué tu dios va a ser más absurdo que el mío? 
La critica y la burla es mucho más radical contra la clase política y contra el hombre como individuo, dándonos la oportunidad de reírnos de nosotros mismos, y es en este aspecto, en donde “La vida de Brian” se engrandece para convertirse en una comedia irrepetible.


Se trata de una enorme y ácida crítica social contra la borreguería de la masa, que siempre se empeña en tener un ídolo y alguien a quien seguir, sea político o religioso. También se resalta en la película lo fácil de convencer que es la masa, sea cual sea el tipo de idea con la que se la convence.


Las escenas y los gags son tantos que es imposible no soltar una carcajada cada poco tiempo, asi yo recuerdo: la lapidación, el ex-leproso, la entrada secreta en el palacio, la reunión del grupo clandestino, la discusión con Pilatos.. y sobre todo la "cantarina" crucifixión, donde los python nos demuestran su optimista visión del mundo y que, aunque la vida pueda ser a veces un duro camino de tristeza y melancolía, siempre podemos volver a encontrar la alegría y la felicidad mirando siempre el lado bueno de la vida que todos tenemos.


Hablar de la vida de Brian es hablar sin ninguna duda de, para mi gusto, el mejor trabajo de este genial grupo Británico. La idea de una parodia durante la época de Cristo era un proyecto muy arriesgado de realizar y solo estos ases del humor lo consiguieron y de una forma perfecta, añadiendo también que la película fue muy criticada por ciertos sectores religiosos conservadores, aunque gracias a Dios (o a Brian) no llegaron a más problemas.





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