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Apocalypse Now (1979) : Wagner, Surfing, Vietnam y el Horror.



El padre de "El Padrino" acometió la labor de adaptar la novela de Joseph Conrad "El corazón de las tinieblas", tomándose la libertad de trasladar la acción desde los tiempos del colonialismo africano hasta una guerra de Vietnam empapada en el delirio.

El capitán Willard (Martin Sheen), oficial del servicio de inteligencia del ejercito de los EE.UU, debe acometer la misión de internarse en la selva camboyana y poner fin al atroz bastión instalado por el coronel Kurtz (Marlon Brando).

Éste, es un coronel de EE.UU. renegado y loco que se ha vuelto peligroso para el ejército y que se ha erigido en dios viviente y supremo gobernador de la tribu de los Montagnard. Al internarse en el conflicto, el Capitán Willard, se cuestiona el objetivo de su misión, planteando el sentido de la guerra, y a través de él Coppola nos da su visión de la misma.

Ya de por sí, Willard está muy tocado con las vivencias de la guerra, e intenta ahogar sus pesadillas con pastillas de LSD. 
Mientras sigue el curso del río Nung en un bote patrulla de la marina, cada paso que dan, cada árbol que dejan atrás, supone un paso adelante en la locura de los soldados. 
 
Cada uno sufre por diversos motivos, todos pasan por su guerra particular y tienen fuera otra, por lo que el agotamiento mental es más que obvio.

Martin Sheen encabeza un reparto plagado de caras conocidas y actuaciones notables (Robert Duvall, Lawrence Fishburne, Dennis Hopper, Harrison Ford). La magistral interpretación de Marlon Brando le da un tono especial a su personaje el Coronel Kurtz. Su interpretación corta pero intensa, actúa como gran final para la película.

Metáfora del horror, en el marco de la guerra de Vietnam, rodeado de una bizarra constelación de cadáveres que cuelgan en las profundidades de la jungla camboyana, Biblia en mano y recitando versículos terribles del Apocalipsis, Kurtz se ha erigido en autoridad omnímoda.
El horror de la guerra, el dolor, el sufrimiento que evoca esta película, son partícipes de esta historia, en su transcurrir, junto a sus protagonistas.

La fotografía es sin duda lo mejor de esta obra maestra. Espectaculares tomas aéreas, contraluces magistrales, preciosos paisajes que contrastan con las imágenes bélicas y los primeros planos de los rostros sudorosos de los soldados, representando el miedo y el calor sofocante de una forma grandiosa.

Inolvidable es la escena dónde los helicópteros avanzan al compás del tema ‘The Ride of the Valkyries’ de R. Wagner, así como fascinantes son las imágenes iniciales, con el apocalíptico tema ‘The End’ del grupo The Doors. 

¿Quién puede olvidar la introducción del film, con el capitán Willard teniendo un impresionante ataque de locura, la excelente interpretación de Robert Duvall ordenando a sus hombres que hagan surf en medio de una batalla o las esquizofrenias interiores a las que cada personaje debe enfrentarse, normalmente cediendo ante ellas?

Se me antoja un tanto largo en alguna de sus partes, pero creo que entiendo el motivo que se intuye tras esa decisión: el horror sobreviene por saturación, es necesario que nuestro estado de ánimo se encuentre al límite para asimilar de forma completa toda la extensión de la palabra.

Sí, me ha resultado algo pesada y con demasiados monólogos tediosos, pero he de reconocer que el señor Coppola ha tenido un gran trabajo detrás y que ha conseguido sacar algo que, desde el principio, parecía destinado al fracaso.

Éste alegato antibelicista de Coppola nos muestra el nihilismo mas absoluto del ser humano ante situaciones que le superan, física y emocionalmente; crítica devastadora planteada desde una intimista y personal concepción de la guerra, incomprensible solución a los problemas de una nación, generadores de otros mucho mas graves y prolongados. Refleja gran parte de la realidad de la guerra, que acaba por volver loco a todo el mundo. 




 

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