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La Carrera del Siglo (1965): Los Autos Locos




Blake Edwards vuelve a presentar una comedia sencillamente indispensable. Cogiendo los elementos del humor más clásico, trenza una historia que viaja de tópico a tópico, homenajeando a los pioneros del automóvil, con personajes aun más tópicos de las películas mudas... Por tener, tuvo hasta influencia en los dibujos animados, dando lugar a la famosa serie de dibujos de la productora Hannah-Barbera "Los autos locos".

Edwards, entre otras cosas, revisa con su especial sentido del humor grandes clásicos como "La vuelta al mundo en 80 días" o "El prisionero de Zenda", dando como fruto esta hilarante carrera a lo largo del mundo ambientada a principios del siglo pasado. Verdaderamente me sorprende como hace más de 40 años, con menos medios de los que se disponen a día de hoy... se hicieran estas maravillas.

Parodiando los grandes logros de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el progreso y la ciencia parecían no tener límite, la película se basa en la primera gran competición de automóviles que dio la vuelta al mundo, con salida en la ciudad de Nueva York y final en París. Con la carrera como telón de fondo los protagonistas corren todo tipo de aventuras y se ven inmersos en las más disparatadas situaciones a cual más divertida,

Entre los participantes encontramos a dos grandes rivales, Leslie Gallant, conocido como El gran Leslie (Tony Curtis), un auténtico caballero, un dandy apuesto y aventurero capaz de las más increíbles hazañas y adorado por el público, y el profesor Fate (Jack Lemmon) un inventor celoso del éxito de un rival a cuya sombra se ve obligado a vivir, sempiterno malhumorado, al que el público jamás reconoce ningún mérito.

Con cada uno de los protagonistas encontramos a dos fieles ayudantes, el buenazo y poderoso Hezekia (Keenan Wynn) inseparable compañero del Gran Leslie y Max (Peter Falk) el indispensable colaborador del malvado Fate. Entre unos y otros una bellísima y espléndida Natalie Woods que interpreta a Maggie Dubois, una periodista encargada de cubrir la competición en vivo y que se debatirá entre su trabajo, la falta de escrúpulos y una creciente atracción por Leslie.

Jack Lemmon (en un papel grotesco) y Peter Falk se llevan la palma, ya que están soberbios en sus papeles de villano y secuaz respectivamente en contraprestación del galán Tony Curtis (en un papel que le va como anillo al dedo), que incluso siendo su principal rival en la carrera, saca tiempo para cortejar a la bella Natalie Wood. Y luego claro, está Natalie Wood, que al igual que Audrey Hepburn, fue inmortalizada cantando con una simple guitarra y elevada a mito de bella entre las bellas.

La película no defraudará a ningún espectador que la contemple sabiendo que va a ver una película clásica (por la que no pasan los años) y con guión típico de un cómic (las escenas de la pelea de tartas o la parodia del western, son buenos ejemplos). 

Sin embargo, aún con la mejor voluntad es difícil mantener el ritmo (y más para una comedia) en dos horas y media de duración que tiene en total.

La película, logró el óscar a los mejores efectos de sonido, siendo además nominada a la mejor fotografía en color, sonido, canción (The sweet heart tree) y montaje.

Pero a pesar de estos galardones, "La carrera del siglo" fue un fracaso comercial, pues su coste de producción, alcanzó la escalofriante cifra de doce millones de dólares, que no se lograron recaudar en taquilla.

Los autos de la carrera son totalmente originales (construidos desde cero para el film); la reconstrucción de época es impecable; los exteriores son fabulosos y uno supone lo que habrá costado armar un París lleno de autos antiguos (y gente ataviada a la época) para una fracción de segundos de una toma. Si bien hay momentos en que el film tiene lugar en estudios, no deja de ser una producción inmensa.

Tal vez un metraje más proporcionado, algún ajuste en el guión y un final más acorde que enlazara con la línea de la película hubieran hecho de esta carrera una cinta maestra, pero Edwards justo en los finales (casi todos) se perdía un poco por querer hacerlos tan sonados y exagerados.

No es un film maravilloso, es un film entretenido que consigue lo que pretende: justamente entretener, con unos actores conocedores de su oficio y de una profesionalidad más que demostrada.





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